Uruguay es uno de los pocos países de América Latina y el Caribe donde el 100% de los hogares tienen acceso al agua potable. Tras alcanzar esta meta en 2008, ahora el país afronta otros desafíos.
Para la empresa pública Obras Sanitarias del Estado (OSE), que abastece al 98% de la población, esos retos se resumen en tres: aumentar en un punto porcentual la cobertura de la red -al 99%-; disminuir el porcentaje de agua desperdiciada, que alcanza el 47% del agua potabilizada por OSE; y ampliar la cobertura de saneamiento, desde el actual 45%, al 60% para 2015.
La red de tuberías en el país supera los 15.000 kilómetros, pero aún hay hogares alejados y escuelas en zonas rurales que hay que conectar, según el presidente de OSE, Milton Machado. El foco, sin embargo, se centra en la cantidad de agua que se pierde: El 27% del agua desperdiciada se debe a la antigüedad de las cañerías (algunas de hasta 60 años). Machado señala que a un ritmo de 150 kilómetros por año, se están cambiando estas tuberías, principalmente las que están debajo de calzadas y aceras.