El 25 de diciembre de 2003 aún está presente en la memoria de muchos habitantes de David. Poco después de las dos de la madrugada, un terremoto de magnitud 6.0 sacudió Puerto Armuelles, a tan solo 40 kilómetros de la tercera ciudad más grande de Panamá, cobrándose la vida de dos personas y dejando a cientos sin vivienda. En el siguiente mes, esa zona en la costa del Pacífico panameño sufrió 600 réplicas.
Centroamérica es una de las regiones más vulnerables a los desastres naturales en el mundo. Los huracanes y los terremotos han dejado un rastro de desolación en el Istmo. Para reducir esa vulnerabilidad, los Gobiernos han buscado una forma de prepararse ante estos eventos naturales adversos, que por su imprevisibilidad pueden causar grandes daños, y han hallado una solución: CAPRA.
Esta plataforma de software abierto, cuyas siglas en inglés significan Iniciativa Centroamericana de Evaluación Probabilista de Riesgos, analiza las amenazas de posibles desastres naturales en términos de daños a las infraestructuras y hace estimaciones sobre pérdidas humanas y económicas. Utiliza un sistema de información geográfica (GIS en inglés) para hacer un mapa y medir el posible impacto causado por terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones, aludes y volcanes.