“Cuando sea grande quiero ser programador”, “Yo veterinario”, “Yo chef internacional!”. Los alumnos de 6to. año de la escuela Nº 70 levantaban la mano y esperaban su turno para contestar. En el salón de clases había quienes querían ser doctores, arquitectos o abogados, y también quienes dejaban volar su imaginación y se animaban a soñar con ser escritor, arqueólogo, guitarrista o criminalista. La escuela es el primer paso para conseguirlo.
Casi el 100% de los niños uruguayos asiste a la escuela. Según el monitor educativo realizado en mayo pasado, en 2011 el sistema de educación pública en Uruguay atendió a 360.695 niños, lo que en términos porcentuales representa el 81% del total de la matrícula nacional. Este número incluye a familias de todos los estratos socioeconómicos. El resto asiste a instituciones privadas.
Ser pobre, ser rico, vivir en un barrio o en otro, ¿importa a la hora de hablar de educación?
Según las evaluaciones nacionales de aprendizajes en educación primaria en el Uruguay, la situación socioeconómica de los hogares impacta en el nivel de aprendizaje de los niños. Dice el documento que en un contexto “muy favorable” (hogares muy bien equipados y madres con alto nivel educativo), el 85% de los niños alcanzó niveles de suficiencia en Lengua y el 66% en Matemáticas, en tanto que en un contexto “muy desfavorable” (carencias de activos en su vivienda y madres con primaria finalizada como máximo), los resultados de suficiencia fueron de 37% y 17%, respectivamente.
El estudio ya tiene varios años, pero mantiene vigencia si se considera que más de 200 mil niños de 0 a 12 años en Uruguay se encuentran bajo la línea de pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas.
Uruguay hace frente a esa situación, a través de la ejecución del Proyecto de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya (PAEPU), coordinado por el Consejo de Educación Inicial y primaria (CEIP) y el Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) con el apoyo financiero del Banco Mundial.
Más posibilidades educativas
Actualmente está en ejecución la tercera fase de este proyecto, nacido en 1994, pero en breve comenzará una nueva etapa, a partir de la aprobación en el pasado mes de septiembre de un nuevo préstamo de 40 millones de dólares por parte del Banco Mundial. “Respondemos así a una inquietud del Gobierno de Uruguay, que apuesta a que todos los niños uruguayos tengan las mayores posibilidades educativas”, aseguró Diego Ambasz, especialista en educación del Banco Mundial, y responsable del proyecto dentro del organismo.