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ARTÍCULO

En Nicaragua, las comunidades rurales obtienen resultados visibles en acceso a agua y saneamiento

Enero 22, 2013


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Jaqueline Bello disfruta de la nueva conexión de agua que la comunidad instaló en su hogar.


TITULARES
  • Nueva infraestructura mejora el acceso al agua en más de 180 comunidades rurales y se espera que 42 localidades amplíen su cobertura
  • Gracias a los Comités de Agua Potable y Saneamiento, muchos liderados por mujeres, se abastece a más de 1 millón de nicaragüenses en el campo
  • A pesar de los avances, tan solo un 37% de la población campesina tiene servicios de saneamiento, frente a un 63% en las ciudades

Ya casi son las 5 y la noche cae sobre el barrio de San Francisco-Los Horconcitos, en el departamento de Rivas en Nicaragua. Salvo por la luz proveniente de algunas casas, las calles están oscuras. Jaqueline Bello, una de las vecinas del lugar, mira televisión mientras cocina algo para la cena y espera su turno para ducharse.

Su ritual es muy diferente al de hace unos meses. “Antes tenía que ir todos los días a esta hora a donde mi mamá, a unos 400 metros de acá, para buscar agua y utilizar su baño”, recuerda. La de Jaqueline se suma a las 125 casas de esta localidad rural que hoy tienen instaladas conexiones domésticas de agua, algo que hasta hace un tiempo era muy inusual en la zona.

"Las familias de la comunidad están contentas porque tienen lavamanos, duchas e inodoros con palanca", explica Ángela Durand, quien es también vecina y coordina el Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS) del lugar. Esta agrupación forma parte de las 5.200 organizaciones comunitarias del país que administran y manejan el sistema de agua potable en las áreas rurales y, actualmente, abastecen a más de 1 millón de personas en Nicaragua.

En el barrio San Francisco-Los Horconcitos, el comité ha logrado que 445 personas tengan acceso a agua y servicios de saneamiento, instalando cañerías que hicieron posible la construcción de baños en las casas, incluyendo 45 letrinas ecológicas.

Además del trabajo que han realizado en el barrio, Ángela se siente orgullosa de que la organización incluye y respeta a las mujeres del lugar. “Nosotras como mujeres también estamos organizadas y tenemos capacidades para administrar nuestros proyectos y nuestras comunidades al igual que nuestros hogares”, concluye. 


" Las familias de la comunidad están contentas porque tienen lavamanos, duchas e inodoros con palanca "

Ángela Durand

Coordinadora del Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS)

Más comunidades con acceso a agua

Al igual que en el barrio San Francisco y, gracias al apoyo del Banco Mundial a través del Proyecto de abastecimiento de agua y saneamiento en las zonas rurales (PRASNICA), más de 180 comunidades han sido provistas de pozos pequeños, bombas mejoradas, tanques de agua, acueductos, conexiones hogareñas y saneamiento local.

El proyecto de US$20 millones se lleva adelante desde junio del 2008 y ha sido reforzado en enero de 2013 con un financiamiento adicional por US$6 millones. Esto permitirá que otras 42 comunidades rurales e indígenas tengan acceso a los servicios para abastecerse de agua y realizar tareas del hogar sin recorrer importantes distancias para buscar el vital líquido.

“Nuestro interés por seguir financiando este proyecto reside en los resultados visibles, donde se cuenta con la novedad de que la construcción de obras va de la mano con programas de concientización social que hacen hincapié en la importancia de la higiene, la conservación del recurso agua y la sostenibilidad de los servicios”, afirma Camille Nuamah, representante del Banco Mundial en Nicaragua.

Tanto en la zona rural del Pacífico como en la costa atlántica y hacia el centro en las comunidades de Alto Wangki y Bocay, también se ampliará la cobertura de servicios de agua, con la construcción y rehabilitación de mecanismos para la captación de agua, además de la instalación de letrinas o tanques sépticos.

“Estamos frente al desafío de poder medir las mejoras en el acceso a los servicios de agua y saneamiento, así como el impacto sostenible en las comunidades”, agrega Nuamah.

Si bien Nicaragua ha avanzado mucho en el acceso a agua potable, aun hay disparidades entre la realidad de los centros urbanos y las zonas rurales. Se calcula que tan solo un 37% de la población campesina tiene servicios de saneamiento – frente a un 63% en las ciudades. 

Según estudios recientes, los efectos negativos de la falta de agua y saneamiento, especialmente en términos de salud, resultan en una pérdida del 0,9% del PIB del país, afectando también a otros sectores como la productividad laboral y la educación.


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