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ARTÍCULO

Los “NoNis” y un futuro más equitativo en Uruguay

Septiembre 12, 2013

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No estudian ni trabajan - esa es la característica de los jóvenes denominados como "NoNis"

Victoria Ojea / Banco Mundial

Destacados
  • El 17,1% de los jóvenes urbanos no estudian ni trabajan y casi 8 de cada 10 de ellos están en el 40% más pobre del país.
  • Las mujeres son las más afectadas, especialmente si son madres que tuvieron que abandonar sus estudios
  • Un estudio del Banco Mundial recomienda desarrollar un esquema amplio y efectivo que proteja a los trabajadores desocupados y facilite su inserción en el mercado laboral.

A pesar de los grandes avances en materia económica en los últimos años y de tener uno de los sistemas de protección social más avanzados de América Latina, Uruguay no es ajeno a la problemática de los jóvenes que no estudian ni trabajan. Los “NoNis” como se les conoce, representan un importante sector de la población, especialmente urbana, y cuyo futuro se presenta, al día de hoy, incierto.

Los “NoNis” conforman el 17,1% de los jóvenes urbanos y de este porcentaje casi 8 de cada 10 se encuentran en la franja del 40% más pobre del país. Pero lo que más preocupa no es la  cifra, sino que son un grupo altamente heterogéneo lo que dificulta el diseño de programas de ayuda que puedan facilitar ya sea su reinserción a la escuela o su entrada al mercado laboral.

Pero, ¿Quiénes son estos jóvenes?

Un estudio del Banco Mundial revela que una de las principales características de los “NoNis” es que están un estado de alta vulnerabilidad social y viven en áreas marginales urbanas. Pero uno de los datos más preocupantes es que dentro de este grupo casi cuatro de cada 10 jóvenes que no estudian ni trabajan no buscan empleo activamente. A estos se suma un 25% de mujeres que se definen a sí mismas como “amas de casa” y tampoco están a la caza de un trabajo, muchas porque abandonaron sus estudios al convertirse en madres. Un 40% restante de jóvenes desempleados sí está en busca de trabajo.

“Cuando uno mira esos grupos hay una enorme heterogeneidad: desde chicos con graves problemas de drogas, otros que no tienen las capacidades básicas necesarias para conseguir un empleo, hasta aquellos que, por responsabilidades familiares, no pueden salir al mercado de trabajo. Para los menores de 18 años lo que hay que hacer es que terminen la escuela. A los más grandes hay que ayudarlos a completar su formación básica profesional”, afirma Rafael Rofman, experto en Protección Social en América Latina del Banco Mundial y autor del estudio.


" Cuando uno mira esos grupos hay una enorme heterogeneidad: desde chicos con graves problemas de drogas, otros que no tienen las capacidades básicas necesarias para conseguir un empleo, hasta aquellos que, por responsabilidades familiares, no pueden salir al mercado de trabajo.  "

Rafael Rofman

Experto en Protección Social en América Latina del Banco Mundial

Más calificaciones, más trabajo

El problema no parece ser de demanda, ya que Uruguay ostenta una de las tasas de desempleo más bajas de la región (por debajo del 7% en 2012). Al igual que en otros países de la región, la cuestión es la falta de calificación de algunos grupos de trabajadores que no están en condiciones de ofrecer a los potenciales empleadores el nivel que necesitan en un mercado laboral competitivo y donde cada vez más se exigen ciertas habilidades a la hora de ofrecer un empleo.

“Este problema es en parte explicado por las dificultades del sistema educativo formal (en particular la educación media) para formar y retener a los alumnos, pero además parece necesario consolidar un modelo de capacitación permanente para mejorar las chances laborales de estos trabajadores”, asegura el estudio.

Si bien existen programas de empleo y capacitación, de apoyo a microemprendimientos y otros similares, su impacto ha sido bajo, en parte porque no han logrado expandirse a una escala suficientemente amplia.

“Hay gente que no sabe cómo pedir un empleo, cómo relacionarse con su jefe. Esto lleva tiempo, en algunos chicos funciona mejor, en otros peor. Es un trabajo muy intenso, con resultados lentos”, asegura Rofman.

El desafío es avanzar sobre estos grupos vulnerables. ¿Cómo? Si bien en los últimos años ha habido en Uruguay grandes progresos en protección social, con mayor cobertura, reformas en pensiones y asignaciones familiares, el estudio recomienda enfocar los esfuerzos de política en esta etapa en desarrollar un esquema  que proteja a los trabajadores desocupados y facilite su reinserción al mercado laboral, ofreciendo servicios adecuados tanto a los que están en busca de trabajo como a sus potenciales empleadores.

A esto hay que sumar una consolidación del marco institucional, a fin de asegurar que perdure en el tiempo y que no esté sujeta a los cambios de las personas encargadas de diseñar e implementar las políticas.


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