Planificación de ciudades habitables con bajas emisiones de carbono
Cuando se trata de la planificación, el primer paso es entender el problema en cuestión. Un análisis reciente realizado por personal del Banco Mundial mostró que solo un 20% de las 150 ciudades más grandes del mundo cuenta con los estudios básicos que se necesitan para la planificación con bajos niveles de emisiones de carbono.
Una parte crítica de la Iniciativa Ciudades Habitables con Bajo Nivel de Emisiones de Carbono es crear esa base de pruebas, junto con asociados como el Grupo de Liderazgo Climático (C40), el Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI), el World Resources Institute (WRI) y otros, mediante la aplicación del Protocolo Mundial para las Emisiones a Escala Comunitaria, una metodología nueva e integral que se utiliza para cuantificar las emisiones de GEI asociadas con la actividad económica y el consumo que se producen en una ciudad. El Banco Mundial y sus asociados están desarrollando un programa de acreditación para capacitar a funcionarios municipales y profesionales del sector privado para que realicen inventarios de GEI usando esta metodología. Esos inventarios proporcionarán a las ciudades un panorama general del perfil de sus emisiones que les permitirá identificar la combinación de políticas e inversiones que las ayudarán a alcanzar su pleno potencial de reducción de emisiones.
Destrabar financiamiento del sector privado para el desarrollo con bajas emisiones de carbono
La planificación inteligente es solo una parte de la solución. Para que esos planes se apliquen, las ciudades deben poder acceder al financiamiento necesario. Se precisa más de US$1 billón al año para financiar la brecha de infraestructura entre lo que se requiere y lo que se está construyendo en países de ingreso bajo y mediano, y el 70% de esa cifra representa las necesidades financieras de las ciudades. Solo la asistencia oficial para el desarrollo es de unos US$125.000 millones en la actualidad. La iniciativa ofrece herramientas que pueden movilizar esa ayuda para conseguir otras fuentes de flujos de financiamiento para las ciudades.
Un análisis de las 500 urbes más grandes de los países en desarrollo muestra que solo se considera con capacidad crediticia a un pequeño porcentaje: un 4% son solventes en los mercados financieros internacionales, y el 20% en los mercados locales. El primer paso para obtener flujos de financiamiento para la planificación de un bajo nivel de emisiones de carbono es hacer que los municipios sean más atractivos para los inversores privados y facilitar su acceso a los mercados.
En este contexto, el Banco Mundial y sus asociados han diseñado un Programa de Capacidad Crediticia de las Ciudades para ayudar a los funcionarios financieros municipales a realizar revisiones exhaustivas de sus sistemas de gestión de los ingresos municipales y dar los primeros pasos para tener derecho a una calificación. La sesión inaugural del Programa se celebrará del 14 al 19 de octubre en Nairobi, Kenya, y se planean capacitaciones adicionales en Corea, India y Colombia.
La ayuda para que las ciudades tengan acceso a financiamiento privado es una inversión inteligente. Estimaciones internas del Banco Mundial indican que es probable que cada dólar invertido en la capacidad crediticia de una ciudad de un país en desarrollo movilice más de US$100 en financiamiento del sector privado para infraestructura con bajo nivel de emisiones de carbono y capacidad de adaptación al cambio climático.
La obtención de una calificación es un proceso a largo plazo y demora en promedio de tres a cinco años. La ciudad de Lima, por ejemplo, esperó unos cuatro años para lograr la capacidad crediticia. Para poner en marcha el proceso y abordar las necesidades inmediatas de financiamiento, la iniciativa aprovechará también la experiencia del Banco Mundial en materia de soluciones innovadoras de financiamiento para el desarrollo de mecanismos destinados a atraer más capital privado hacia los mercados subnacionales. Un ejemplo es un mecanismo para aprovechar oportunidades financieras. Mediante la conexión de ciudades que quieran financiar el mismo tipo de inversión, la iniciativa las ayudará a acceder juntas al mercado en mejores condiciones de financiamiento.
“Para los gobiernos municipales, encontrar el rumbo hacia un desarrollo con bajo nivel de emisiones de carbono es una cuestión de competitividad, crecimiento y salud pública”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.
Desarrollo con bajas emisiones de carbono: Una cuestión de competitividad
Para los gobiernos municipales, encontrar el rumbo hacia un desarrollo con bajo nivel de emisiones de carbono es una cuestión de competitividad, crecimiento y salud pública. La aplicación del prisma del clima a los planes de desarrollo de las ciudades significa que el ahorro de energía liberará presupuesto para otras inversiones, la infraestructura resistente soportará las fuerzas de la naturaleza y los ciudadanos podrán respirar un aire más limpio.
La nueva iniciativa tiene potencial para mejorar la vida de más de 700 millones de personas de las ciudades que ayudará, y de miles de millones de habitantes a nivel mundial a medida que se reduzcan las emisiones.