A pocas semanas de conmemorarse el quinto aniversario del terremoto más devastador de su historia reciente, Haití publicó hoy su primer diagnóstico de la pobreza (i) en más de una década. La buena noticia para el país es que la pobreza extrema ha disminuido, principalmente en la zona de Puerto Príncipe, y la matrícula escolar ha aumentado.
Sin embargo, con la disminución de la ayuda internacional y la creciente inestabilidad política, estas conquistas sociales podrían revertirse.
El estudio detectó cinco tendencias que resumen cómo le está yendo a Haití para lograr sus objetivos de desarrollo:
1. Entre 2000 y 2012 bajó el porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza -con un dólar o menos al día- del 31% al 24% a nivel nacional y del 20% al 5% en la zona de Puerto Príncipe. Más de 200.000 personas han salido de la pobreza.
2. La matrícula escolar aumentó del 78% al 90%, muy cerca de la meta de lograr la escolarización de toda la población infantil. Sin embargo, muchos niños abandonan la escuela o tienen que repetir curso. Menos del 60% logra llegar al último grado de la enseñanza primaria; y el bajo nivel educativo es uno de los determinantes principales del desempleo.
“Muchos padres no tienen trabajo y no pueden enviar sus hijos a la escuela”, dice Clement Renold. Su familia se beneficia de un programa que permite a niños estudiar sin pagar la colegiatura. “Es un gran alivio porque el regalo más grande es enviar un niño a la escuela.”
En comparación con sus vecinos de América Latina y el Caribe, Haití tiene la mayor proporción de adultos sin educación. El informe aboga por un plan financiero para mejorar el acceso y calidad de la educación centrado en el desarrollo de la primera infancia.
3. Sin embargo, el alto nivel de vulnerabilidad amenaza estas mejoras: Cerca de 2,5 millones de haitianos no pueden darse el lujo de cubrir sus necesidades básicas de alimentación, y un millón se encuentran en peligro de caer en la pobreza.
Las mejoras en la reducción de la pobreza fueron impulsadas principalmente por la ayuda internacional (tras el terremoto), las remesas y el aumento de empleos mejor pagados en la construcción, el transporte y las telecomunicaciones, sectores que también recibieron una gran cantidad de las inversiones de la comunidad internacional como parte de la reconstrucción. “Los haitianos necesitaban dinero, las familias en el extranjero querían ayudar a sus familiares aquí en Haití”, explica Sharline Dubuisson cuya empresa de transferencias de dinero tuvo mucha demanda justo después del terremoto. “Recibimos muchas transferencias.”
En vista de que la ayuda externa comienza a disminuir después de ser excepcionalmente alta en respuesta al desastre, los indicadores sociales podrían revertirse si no se mantienen los esfuerzos y si el crecimiento no se recupera.
Haití ha ampliado recientemente sus programas principales de redes de seguridad, pero la cobertura de la protección social sigue siendo muy baja. Sólo el 8% de los haitianos ha recibido prestaciones de asistencia social no contributivas en 2012 y un menor número de trabajadores asalariados tienen acceso a la seguridad social.
4. Haití sigue siendo el país con mayor desigualdad de ingresos en el continente, y uno de los países más desiguales del mundo. El 20% más rico de los hogares posee el 64% de los ingresos totales en el país y el 20% más pobre tiene sólo el 1%.
5. Existe una creciente brecha entre Puerto Príncipe y el resto del país. Más del 80% de quienes padecen pobreza extrema viven en las zonas rurales. Las familias que viven en el norte y el suroeste del país trabajan duro para producir alimentos, pero no obtienen suficientes ingresos a cambio. Los eventos extremos del clima, la falta de fertilizantes, pesticidas y semillas, y el acceso limitado a los mercados son algunos de los impedimentos que enfrentan.
“La situación es difícil para agricultores porque no podemos comprar semillas”, explica Marie Helene Jean Louis, quién cultiva plátanos en su pequeño lote de tierra. “A veces hay plantas que queremos cultivar pero no tenemos el dinero para comprar semillas.”
Esta profunda brecha rural-urbana también se observa cuando se trata de acceso a los servicios. Sólo el 16% de las personas en las zonas rurales tienen acceso a un saneamiento mejorado, en comparación con el 48% en las ciudades.
Para muchas familias la migración se ve como una forma de salir de la pobreza. Durante ese período (2000 – 2012), el 20% de la población ha migrado dentro del país. Por ejemplo los migrantes educados que trabajen en Puerto Príncipe ganan, en promedio, entre un 20% y un 30% más que si se hubiesen quedado en su pueblo o ciudad de origen.
Mientras el país sigue trabajando para cerrar la brecha de la pobreza, el informe recomienda tres acciones prioritarias:
- Creación de puestos de empleo,
- Mayor acceso a la salud y la educación, y
- La protección de los pobres y los más vulnerables ante eventos económicos inesperados.
En un contexto de recursos limitados, la lucha contra la pobreza sólo es posible cuando las decisiones se toman en la mejor información disponible. Por eso, este estudio de la pobreza en Haití es una herramienta que permitirá a los gobiernos y los donantes ser más específicos en sus programas y llegar a las personas necesitadas.