Moscú, 24 de septiembre de 2014. La economía rusa se encuentra en una situación cercana al estancamiento: en la primera mitad de 2014, como consecuencia de la caída constante de la demanda interna, registró un crecimiento del 0,08 %, cifra similar al 0,9 % de 2013, anunció hoy el Banco Mundial en la última edición de su Informe económico sobre Rusia, (i) dado a conocer en Moscú. En 2013, la actividad económica se vio aquejada por problemas estructurales persistentes y una actitud expectante por parte de las empresas y los consumidores. Un impacto negativo adicional en la economía —además de la lentitud con que se llevan a cabo las reformas estructurales— tuvo su origen en el aumento de las tensiones geopolíticas y el panorama incierto en materia de políticas. La incertidumbre en torno al rumbo económico que seguirá el país es la mayor sombra que se cierne sobre las perspectivas a mediano plazo de Rusia.
“En la primera mitad de 2014, la estabilidad macroeconómica continuó y Rusia hoy sigue contando con importantes mecanismos de amortiguación para mantener la estabilidad en el futuro cercano”, declaró Birgit Hansl, economista principal del Banco Mundial para la Federación de Rusia y autora principal del informe. “Sin embargo, hay pocos avances en el programa de reforma estructural, que podría contribuir a incrementar el potencial de crecimiento de Rusia en el mediano plazo. Estas dos observaciones están plasmadas en el escenario más probable del Banco Mundial —el escenario de referencia—, en el que se prevé un crecimiento positivo, aunque bajo, cercano a una situación de estancamiento en 2015 y 2016”.