CIUDAD DE WASHINGTON, 8 de abril de 2020. Para mitigar los impactos de la pandemia de COVID-19 (coronavirus) en Europa y Asia central (i) se necesitan medidas de política determinantes que asignen prioridad a las inversiones en sistemas de atención de la salud y ofrezcan redes de protección social para las personas, en especial los más vulnerables, según se indica en el informe de actualización económica regional de la primavera de 2020 (i).
Asimismo, los países de la región pueden ayudar a mantener la actividad económica respaldando al sector privado con medidas temporales como créditos para empresas, reducciones impositivas o prórrogas en el pago de impuestos. Las pymes que se vean afectadas podrían beneficiarse considerablemente con subvenciones públicas específicas.
“Durante esta época excepcionalmente difícil, es indispensable que los encargados de la formulación de políticas actúen con determinación”, dijo Cyril Muller, vicepresidente del Banco Mundial para Europa y Asia central (i). “Esto significa tomar medidas rápidamente para reforzar los sistemas de salud y las redes de protección social, y preservar la estabilidad financiera y la confianza, factores clave para las vidas de las personas”.
Las proyecciones sobre las consecuencias económicas de la COVID-19 vienen acompañadas de una considerable incertidumbre. Por lo tanto, en el informe se presentan ejercicios de simulación para ilustrar el rango de resultados de crecimiento que podrían materializarse tras el paso de la pandemia*. Las situaciones hipotéticas indican que el crecimiento regional sufrirá una recesión en 2020 y se contraerá a un nivel de entre -4,4 % y -2,8 %, retenido por la pandemia de coronavirus, para después recuperarse en 2021, a medida que se introduzcan disposiciones de política, se recuperen gradualmente los precios mundiales de los productos básicos y se fortalezca el comercio.
“El distanciamiento social y el cierre de escuelas y comercios no esenciales son medidas necesarias para contener la propagación de la pandemia y salvar vidas”, dijo Asli Demirgüç‑Kunt, economista en jefe del Banco Mundial para Europa y Asia central (i). “Al mismo tiempo, las políticas deben orientarse a minimizar los costos económicos de estas medidas y garantizar que la recuperación sea más bien rápida una vez que se termine la pandemia”.
De acuerdo con el informe, las medidas de apoyo que ayuden a las personas y familias vulnerables, como las transferencias monetarias y las subvenciones para la atención de la salud, así como los créditos temporales y las exenciones impositivas para las empresas, serán elementos decisivos para amortiguar la recesión y proteger el empleo.
La pandemia de la COVID-19 se presenta en un contexto de por sí frágil para la región. El crecimiento de las economías en desarrollo y de mercados emergentes de Europa y Asia Central se había desacelerado al 2,2 % en 2019. Desde febrero, la región libra una batalla cada vez más dura en la que tiene que hacer frente tanto a la crisis sanitaria inmediata como a los desafíos a largo plazo que plantea la pandemia.
El Grupo Banco Mundial está adoptando medidas amplias y rápidas para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta ante la pandemia, aumentar la vigilancia sanitaria, mejorar las intervenciones de salud pública y contribuir a que el sector privado continúe sus operaciones y mantenga el empleo. Destinará hasta USD 160 000 millones en respaldo financiero durante los próximos 15 meses para ayudar a los países a proteger a las poblaciones pobres y vulnerables, apoyar a las empresas e impulsar la recuperación económica.
*Las situaciones hipotéticas del informe se basan en datos del 20 de marzo de 2020.