A Carolina Silva, una joven estudiante del departamento de La Libertad en El Salvador, le sobran ganas de aprender. Y lo único que necesitaba para tener asistencia perfecta era la posibilidad de pagar el autobús y no perder ni un día de clases.Esta ayuda económica la proporcionó su escuela a los chicos más necesitados, mejorando su asistencia y su seguridad, evitando que caminen solos por la calle. Esta iniciativa es parte de un proyecto para mejorar el acceso, la retención y el porcentaje de estudiantes graduados en la educación secundaria de 3°ciclo y en la educación secundaria de bachillerato de las escuelas públicas que adopten el modelo de Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno (donde los estudiantes pasan la mitad del tiempo realizando actividad deportivas o culturales y aprendiendo oficios).Desde su inicio en 2012, el proyecto se llevó adelante en 29 municipios y 898 centros educativos a nivel nacional. Además, ha beneficiado a más de seis mil docentes y 87 mil estudiantes. Con el apoyo del Banco Mundial se han subsidiado las horas de clase de los docentes, la realización de módulos de especialidades en lenguaje, matemáticas, química, física, biología y sociales para maestros, así como materiales educativos para implementar los talleres e infraestructura escolar, entre otros.Además, se financia un subsidio de transporte para los estudiantes de zonas más vulnerables. A veces, esa pequeña ayuda para ir a la escuela puede significar un futuro lleno de oportunidades, tal como cuenta este video.
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