Se puede observar una variación entre países, especialmente entre aquellos ricos en recursos y aquellos que no lo son, pero en general, la tendencia de crecimiento económico de la región continúa manteniéndose por debajo de los niveles anteriores a la crisis financiera. El crecimiento más lento profundiza el desafío que supone reducir la pobreza. A pesar de los avances, la proporción de la población que vive con USD 1,90 al día o menos continúa siendo muy elevada: según las estimaciones, era del 42,7 % en 2012.
Asistencia del Banco Mundial
Durante el ejercicio de 2016, el Banco aprobó financiamiento por valor de de USD 9300 millones para 109 proyectos en la región, que incluyó USD 669 millones en préstamos del BIRF y USD 8700 millones en compromisos de la AIF, de los cuales USD 200 millones provinieron del Mecanismo de Ampliación del Financiamiento de la AIF. Las principales esferas abordadas fueron el aumento de la productividad agrícola, el mayor acceso a energía asequible y confiable, la creación de resiliencia ante el cambio climático, el fortalecimiento de los Estados frágiles y afectados por conflictos, y la promoción de una educación de buena calidad.
Durante el ejercicio, el Banco también realizó importantes contribuciones en materia de conocimientos. De acuerdo con la publicación Poverty in a Rising Africa (La pobreza en un contexto de crecimiento en África), la incidencia de la pobreza en la región puede ser inferior a lo que indican las estimaciones actuales. No obstante, debido al crecimiento demográfico, la cantidad de personas que viven en la pobreza extrema aumentó, como mínimo, en 50 millones respecto de 1990.
Impulsar la productividad agrícola
La agricultura genera el 65 % del empleo en África. En un momento en que algunos países se enfrentan a desafíos debido a la reducción de los precios de los productos básicos, el impulso a este sector puede ayudar a diversificar las economías. Para mejorar las vidas de 2 millones de los 50 millones de pastores que, según se calcula, trabajan en la región, mediante el Proyecto Regional de Apoyo al Pastoreo en el Sahel, de USD 248 millones, se intentará específicamente mejorar el acceso a activos productivos, servicios y mercados esenciales en seis países (Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal) y mejorar la respuesta local a las crisis y a las emergencias pastorales. La mayoría de los beneficiarios de este proyecto a seis años serán mujeres y jóvenes.
Incrementar la cantidad de energía asequible y confiable
África continúa a la zaga respecto de otras regiones en materia de acceso a la electricidad—una ironía, dado el enorme potencial del continente para generar energía renovable, ya sea hidroeléctrica, solar o geotérmica—. Una meta primordial de la labor del Banco en la región es ampliar el acceso a un servicio eléctrico asequible, confiable y sostenible. Durante este ejercicio, el Banco proporcionó USD 700 millones para el Proyecto de Gas Sankofa en Ghana, mediante el cual se obtendrá gas natural de yacimientos de aguas profundas ubicados a 60 kilómetros de la costa oeste del país. El gas extraído se usará para generar localmente hasta 1000 megavatios de electricidad, lo que equivale a un 40 % de la capacidad de generación instalada actualmente en Ghana. El proyecto movilizará USD 7900 millones en inversiones del sector privado, lo que podría generar un enorme rendimiento fiscal y cuantiosos beneficios para el país.
Adaptarse y desarrollar resiliencia ante el cambio climático
Se prevé que el cambio climático, especialmente las variaciones de la temperatura y los regímenes de precipitaciones, afectará especialmente a las personas más pobres de África. Por lo tanto, la inversión en técnicas de adaptación y de gestión de riesgos de desastres sigue siendo una de las principales prioridades para el Banco. En el Plan de Acción para África relativo al Cambio Climático, presentado en las charlas de la CP-21, celebrada en París en diciembre de 2015, se estableció un programa de trabajo para ayudar a los países a mitigar los efectos del cambio climático y a adaptarse a ellos. En abril de 2016, el Banco Mundial, en colaboración con sus asociados, acordó la creación del observatorio costero de África occidental con el objetivo de mejorar los conocimientos sobre erosión costera, inundaciones y otros peligros del cambio climático que enfrentan las naciones costeras e insulares de esta región. El observatorio fortalecerá la capacidad nacional y regional y respaldará los esfuerzos de los países por reforzar la resiliencia de sus zonas costeras ante el cambio climático.
Apoyar a los países frágiles y afectados por conflictos
Durante este ejercicio, la AIF aprobó recursos de transición para Guinea-Bissau y Madagascar. Estos fondos ayudan a los Estados frágiles y afectados por conflictos a resolver las causas de la fragilidad y a respaldar su transición hacia un funcionamiento adecuado. En Guinea-Bissau y Madagascar, servirán para respaldar iniciativas clave de reforma gubernamental, incluido el fortalecimiento de un sistema de gestión de las finanzas públicas transparente y responsable.
Las iniciativas regionales del Banco Mundial y las Naciones Unidas en los Grandes Lagos, el Sahel y el Cuerno de África respaldan los esfuerzos transfronterizos por resolver las causas subyacentes de la fragilidad. El Banco está abordando el tema acuciante de los desplazamientos forzados en los Grandes Lagos y el Cuerno de África con dos operaciones para ayudar a los países a gestionar las crisis en curso a través de respaldo a los desplazados y a las comunidades de acogida.
Fomentar el desarrollo de capital humano
Cada año de la próxima década, 11 millones de jóvenes africanos se incorporarán en el mercado laboral. Deberán contar con las aptitudes y la capacitación adecuadas para obtener lo que buscan. Para ayudar a acortar la brecha entre lo que están aprendiendo los estudiantes africanos y las capacidades que buscan los empleadores, el Banco ha puesto en marcha iniciativas para reforzar la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática en toda la región. Con el Proyecto de Centros de Excelencia para la Educación Superior en África, se destinan USD 140 millones a financiar 24 centros de instituciones de educación superior de África oriental y meridional, seleccionados de forma competitiva. Esto fortalecerá su capacidad y orientación para generar capacitación de excelencia, investigación aplicada y transferencia de conocimientos en sectores prioritarios como los de agricultura, salud, educación y estadística aplicada.
Más información: Página del Banco Mundial sobre la región de África »