En la actualidad aún hay casi 1000 millones de personas que subsisten con menos de US$1,25 al día. Se trata de un número alarmante, pero es importante recordar que, en los últimos 25 años, en el mundo la tasa de pobreza extrema se ha reducido en dos terceras partes. En ese período, muchos países han logrado hacer posible lo aparentemente imposible.
Poner fin a la pobreza extrema antes de fines de 2030 será difícil pero perfectamente posible. Durante décadas, las instituciones principales del Grupo Banco Mundial —el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA)— han condensado y analizado nuestra experiencia internacional en materia de lucha contra la pobreza. De nuestra experiencia hemos aprendido lo que ha dado resultado para el desarrollo y lo que no lo ha dado en situaciones específicas, y han surgido algunos patrones claros.
Hay datos concluyentes que indican que se puede obtener grandes beneficios con la estrategia de “crecer, invertir, asegurar”. Debemos promover un crecimiento económico sólido, sostenible e inclusivo; debemos invertir en las personas, sobre todo en salud y educación, y debemos establecer redes de protección social y proveer protección frente a los desastres naturales y pandemias para evitar que las personas caigan en la pobreza extrema.
También sabemos que, en su calidad de institución, el Grupo Banco Mundial debe atender mejor a las cambiantes necesidades de los países de ingreso bajo y de ingreso mediano. En un mundo en el que es más fácil acceder a capital debemos hacer hincapié en nuestras mayores ventajas: la unión de nuestros amplios conocimientos y el financiamiento novedoso para la ejecución de programas que produzcan el mayor impacto en los más pobres. Nuestro objetivo es ayudar a los países a aplicar conocimientos prácticos especializados derivados de la experiencia internacional para solucionar sus problemas más difíciles.
En este ejercicio, el Grupo Banco Mundial comprometió casi US$60 000 millones en préstamos, donaciones, participaciones en capital accionario y garantías para sus países miembros y para las empresas privadas. El BIRF proporcionó un monto anual sin precedente de financiamiento, sin contar el período de auge de la crisis financiera mundial, y los compromisos ascendieron a un total de US$23 500 millones. Y la AIF, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, acaba de tener su primer año más sólido de que se tenga conocimiento en un ciclo de reposición de recursos, y comprometió US$19 000 millones. Gracias a nuestro decidido y esmerado personal, hemos podido mejorar nuestro desempeño y garantizar que los conocimientos sobre el desarrollo y los conocimientos especializados dentro de nuestra institución se desplacen con más facilidad por todo el mundo.
A medida que el mundo procura que el financiamiento para el desarrollo de miles de millones de dólares pase a ser de billones de dólares, y que las fuentes de financiamiento sean de países de ingreso alto, de ingreso mediano y de ingreso bajo, la labor de todo nuestro Grupo Banco Mundial será fundamental para que las inversiones del sector privado se destinen a los mercados emergentes y a los países frágiles. IFC y MIGA, dos de nuestras instituciones centradas en el desarrollo del sector privado, están intensificando sus esfuerzos al efecto. En este ejercicio, IFC proporcionó cerca de US$17 700 millones en financiamiento para el desarrollo del sector privado, de los cuales alrededor de US$7 100 millones se movilizaron entre inversionistas asociados. MIGA emitió US$2 800 millones en garantías contra riesgos políticos y para la mejora del crédito en respaldo de varias inversiones, incluso en proyectos de infraestructura que tanto se necesitan.
Casi 1000 millones de personas que viven en la pobreza extrema quieren igualdad de oportunidades para tener una vida mejor. Confían en que se aplicarán políticas y se ejecutarán programas que les brinden una oportunidad. Los Gobiernos deben aprovechar este momento. Nuestros asociados del sector privado deben estudiar nuevas inversiones. El Grupo Banco Mundial, nuestros bancos multilaterales de desarrollo asociados, y nuestros nuevos asociados en el futuro cercano, todos debemos trabajar juntos para que no se nos escape esta oportunidad y debemos colaborar con verdadera convicción. Trabajando juntos podemos promover un crecimiento inclusivo y sostenible, así como oportunidades para los pobres y las personas vulnerables. Podemos ser la generación que termine con la pobreza extrema.
Dr. Jim Yong Kim
Presidente del Grupo Banco Mundial y de los Directorios Ejecutivos
y las Juntas de Directores de las instituciones que lo integran