La región de Asia oriental y el Pacífico generó la tercera parte del crecimiento económico mundial de 2014, esto es, el doble de la contribución de todas las regiones en desarrollo restantes combinadas. El crecimiento se atenuó ligeramente en los países en desarrollo de la región, aun cuando la totalidad de Asia oriental y el Pacífico se benefició con la recuperación que vienen experimentando las economías desarrolladas y con la baja en los precios del petróleo.
Se prevé que las economías en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico crecerán un 6,7 % anual en 2015 y 2016, mientras que en 2014 habían alcanzado el 6,9 %. Esta ligera desaceleración refleja en gran medida la moderación prevista para el crecimiento de China, que durante los próximos dos ejercicios se ubicará en torno al 7 %, mientras que en 2014 había registrado un 7,4 %. Según las previsiones, el crecimiento en el resto de los países en desarrollo de Asia oriental llegará al 4,9 % en 2015 y al 5,4 % en 2016, impulsado principalmente por las grandes economías del sudeste asiático.
En Asia oriental y el Pacífico, la pobreza extrema se ha reducido con mayor rapidez que en el resto de las regiones. La proporción de personas que viven con US$1,25 al día cayó del 26,5 % en 2002 al 5,1 % en 2014, con lo que la cantidad de habitantes que aún se encuentran en situación de pobreza extrema suma poco más de 100 millones. Otros 260 millones viven con entre US$1,25 y US$2 al día y pueden volver a caer en la pobreza extrema.
Asistencia del Banco Mundial
Durante este ejercicio, el Banco aprobó otorgar US$6300 millones a la región para 57 proyectos. Dicho monto incluyó US$4500 millones en préstamos del BIRF y US$1800 millones en compromisos de la AIF. Los sectores que más fondos recibieron fueron los de agua, saneamiento y protección contra las inundaciones (US$1200 millones), administración pública, derecho y justicia (US$1200 millones), y transporte (US$1200 millones).
La estrategia del Banco en esta región se centra en cinco áreas prioritarias: inclusión y empoderamiento, empleos y crecimiento impulsado por el sector privado, gestión de gobierno e instituciones, infraestructura y urbanización, y cambio climático y gestión de riesgos de desastres. El Banco pone también énfasis en los temas multisectoriales de género, fragilidad y conflicto, y análisis de la pobreza.
La región atraviesa un acelerado proceso de urbanización y su déficit de infraestructura es enorme. Nada menos que 142 millones de personas carecen de acceso a la electricidad, y 600 millones no disponen de servicios de saneamiento adecuados. La veloz migración a las ciudades genera mayor presión sobre los servicios y provoca el surgimiento de grandes asentamientos precarios, contaminación y degradación ambiental. La región incluye también a 13 de los 30 países más vulnerables al cambio climático, y padece el 70 % de los desastres naturales que se producen en todo el mundo.
Restablecer plenamente la relación con Myanmar
Myanmar y el GBM elaboraron un nuevo marco de alianza para el período 2015-17, la primera estrategia completa formulada para el país desde 1984. En el marco de esta estrategia, la AIF proporcionará un máximo de US$1600 millones en créditos en condiciones concesionarias, asistencia técnica y conocimientos. Por su parte, IFC aportará hasta US$1000 millones en inversiones y US$20 millones en asistencia técnica, y MIGA emitirá seguros contra riesgos políticos para los prestamistas e inversionistas privados que operen en Myanmar.
El Marco de Alianza con Myanmar centra el apoyo del GBM en la reducción de la pobreza rural, la inversión en capital humano y en instituciones eficaces e inclusivas que empoderen a las personas, y la creación de empleos en el sector privado. Se basa en las conclusiones del diagnóstico sistemático del país elaborado recientemente, así como en una serie de amplias consultas en las que participó una gran variedad de partes interesadas y en las enseñanzas aprendidas desde que el Banco retomó la relación con el país en 2012.
Confrontar la vulnerabilidad en el Pacífico
Durante los últimos años, el GBM ha ampliado significativamente su labor en los Estados insulares del Pacífico con el objetivo de ayudarlos a fortalecer su capacidad de recuperación frente a las crisis económicas y las conmociones naturales. Estas últimas son consecuencia del elevado grado de vulnerabilidad de estas islas a los desastres naturales, de su tamaño reducido y de su aislamiento geográfico.
En marzo de 2015, el ciclón tropical Pam arrasó la zona del Pacífico sur, donde causó importantes daños en Vanuatu y Tuvalu. El Banco participó en la evaluación de las necesidades realizada en Vanuatu luego del desastre, que permitió estimar los daños y las pérdidas en un total de US$447 millones, equivalentes al 64 % del PIB del país. Para contribuir a financiar las cuantiosas tareas de reconstrucción necesarias, el crédito de la AIF de US$59,5 millones aprobado en mayo de 2015 para el Proyecto de Inversión en Aviación de Vanuatu también contempla el financiamiento de las reparaciones de emergencia necesarias en los aeropuertos internacionales del país. Asimismo, el Banco destinará al mencionado país US$18 millones de los fondos no asignados de la decimoséptima reposición de los recursos de la AIF (AIF-17) y US$50 millones del Mecanismo de Respuesta a las Crisis de la AIF. Por otro lado, el ciclón Pam activó el pago de US$1,9 millones al país en virtud del Programa Piloto de Seguro contra Riesgos de Catástrofe para el Pacífico, iniciativa conjunta del Gobierno de Japón, el Banco Mundial y la Secretaría de la Comunidad del Pacífico.
En Tuvalu, ciertas obras clave de infraestructura sufrieron también importantes daños, en particular sus murallones de protección. El financiamiento de US$3 millones otorgado a través del Mecanismo de Respuesta a las Crisis ayudará al Gobierno a hacer frente a los costos imprevistos de la reconstrucción tras el paso del ciclón y, a la vez, a preservar las reformas fiscales implementadas en el país.
Fortalecer las alianzas en favor de los conocimientos para generar soluciones
El conocimiento sigue constituyendo una prioridad estratégica en las alianzas en las que participa el GBM. Durante este ejercicio, el Gobierno de Viet Nam y el Banco Mundial elaboraron un informe que ayuda a los funcionarios encargados de formular políticas a definir la estrategia de desarrollo de largo plazo más adecuada para transformar el país en un Estado moderno e industrializado para 2035. Por otro lado, el Gobierno de China, el GBM y la Organización Mundial de la Salud pusieron en marcha un estudio conjunto sobre el sistema de salud de China. En este análisis, que se publicará en 2016, se expondrán alternativas para ayudar al país a mejorar la prestación y la calidad de los servicios de salud, optimizar el uso de los recursos y mejorar la salud de todos sus ciudadanos. Asimismo, el GBM trabaja con las partes interesadas de las islas del Pacífico para elaborar un estudio estratégico en el que se analizarán las oportunidades de desarrollo y los desafíos de largo plazo que enfrenta la subregión.
El Gobierno de Malasia, por su parte, firmó con el Banco un acuerdo formal para abrir una oficina en Kuala Lumpur. Esto facilitará la divulgación de la exitosa experiencia de Malasia en el ámbito del desarrollo y permitirá al país sacar mejor provecho de los conocimientos y los saberes específicos internacionales para convertirse en una economía de ingreso alto.
El GBM continúa consolidando sus alianzas con la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), el Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC), el Foro de las Islas del Pacífico, el Banco Asiático de Desarrollo, el Departamento Australiano de Asuntos Internacionales y Comercio, el Organismo Japonés de Cooperación Internacional (JICA) y otras organizaciones, con el fin de maximizar el impacto en el desarrollo.
Más información: Página del Banco Mundial sobre la región de Asia oriental y el Pacífico (EN) »