Durante este ejercicio, el crecimiento económico en Europa y Asia central ha comenzado a estancarse, después de haber aumentado solo el 1,8 % en 2014. Los impactos directos e indirectos de la baja de los precios del petróleo están frenando el crecimiento en las economías de Eurasia, mientras que los países de la zona del euro experimentan una modesta recuperación. En conjunto, se espera que el crecimiento económico de la región en 2015 se ubique en el 0,4 %, un valor marginal. Si se excluyen la Federación de Rusia y Ucrania, se prevé que el resto de la región crezca un 2,6 %.
Cerca del 14 % de la población de la región (más de 61 millones de personas) vive en la pobreza. Entre ellos, unos 14 millones se encuentran en situación de pobreza extrema, medida en función de la línea regional de US$2,50 al día (cifras reales y proyectadas a septiembre de 2014). La línea regional de pobreza extrema es más alta que la mundial (de US$1,25 al día) pues tiene en cuenta las duras condiciones climáticas y el costo más elevado de la subsistencia en la región (incluidos los costos de calefacción, vestimenta y vivienda), que hacen casi imposible sobrevivir con US$1,25 al día.
Asistencia del Banco Mundial
Durante este ejercicio económico, el Banco aprobó un financiamiento de US$7200 millones para 54 proyectos en la región. Dicho monto incluyó US$6700 millones en préstamos del BIRF y US$527 millones en compromisos de la AIF. Los sectores que más fondos recibieron fueron los de energía y minería (US$1400 millones); transporte (US$1100 millones), y administración pública, derecho y justicia (US$1100 millones).
El Banco firmó también 19 convenios de servicios de asesoría reembolsables con 9 países de la región por un monto total de US$16 millones. Mediante estos acuerdos, se brinda asesoramiento técnico sobre temas tales como la reforma del sistema educativo y de salud, la gestión del sector público, el fortalecimiento de la capacidad institucional, las reformas que permiten mejorar el clima para las inversiones, y la planificación y la gestión de las inversiones en infraestructura, entre otros.
La estrategia del Banco para la región se centra en dos áreas de trabajo principales: la competitividad y la prosperidad compartida a través de la creación de empleo, y la sostenibilidad ambiental, social y fiscal, que abarca las iniciativas en el ámbito del clima. La gestión de gobierno y el género son prioridades temáticas en las iniciativas que se encaran en estas dos áreas.
Aumentar la competitividad y la prosperidad compartida a través del empleo
El Banco respalda de diversas formas el aumento de la competitividad y la creación de empleo en la región. Ha ampliado el acceso al financiamiento de las pequeñas y medianas empresas en Kazajstán y Turquía; ha invertido en tecnologías de la información, caminos y otras obras de infraestructura en Albania, Azerbaiyán, Belarús, Croacia, Georgia, Kosovo, la ex República Yugoslava de Macedonia, Moldova y Uzbekistán; ha fortalecido las normas que regulan el sector financiero y ha mejorado el entorno para los negocios y consolidado las políticas que propician el crecimiento, la competitividad del sector privado y la innovación en Armenia, Georgia, Kazajstán, Moldova, Polonia, Serbia, Tayikistán, Turquía y Ucrania, y ha brindado asesoramiento sobre comercio y exportaciones a Armenia y Turquía. El Banco está trabajando para hacer más confiable el suministro eléctrico en Albania, Armenia, la República Kirguisa y Ucrania, y respalda el desarrollo del sector del gas en Turquía. En la República Kirguisa, Rumania, Tayikistán y Uzbekistán, propicia la creación de empleos y la diversificación del sector agrícola.
Durante este ejercicio, el Banco publicó varios informes importantes sobre la región. Uno de ellos (Turkey’s Transitions: Integration, Inclusion, Institutions [Las transiciones de Turquía: Integración, inclusión, instituciones]) revela cómo el crecimiento continuo ha generado una prosperidad ampliamente compartida y ha duplicado el tamaño de la clase media. Allí se identifican las medidas que han dado buenos resultados y lo que se debe modificar.
Mejorar la sostenibilidad ambiental, social y fiscal
El Banco trabaja con los países clientes para diseñar e implementar reformas dirigidas a lograr mayor eficiencia y sostenibilidad fiscal en sus sistemas de pensiones, protección social y salud. En Croacia y Ucrania, respalda los esfuerzos por mejorar la eficiencia y la sostenibilidad fiscal de los mecanismos de pensiones y de protección social. Asimismo, ayuda a mejorar los sistemas de salud en Albania, Bulgaria, Tayikistán y Ucrania, y los sistemas educativos en Rumania. Por otro lado, el Banco respalda el desarrollo impulsado por la comunidad y la responsabilidad social en Armenia, Georgia y la República Kirguisa. En Azerbaiyán, Rumania y Tayikistán, ayuda a los Gobiernos a mejorar las oportunidades económicas y los servicios públicos en las comunidades desfavorecidas, entre las que figuran la población romaní y los jóvenes desempleados.
El envejecimiento de la población es un tema clave en la región, y en él se centraron dos informes elaborados durante este ejercicio: Golden Aging: Prospects for Healthy, Active, and Prosperous Aging in Europe and Central Asia (Edad de oro: Perspectivas para un envejecimiento saludable, activo y próspero en Europa y Asia central) y What’s Next in Aging Europe: Aging with Growth in Central Europe and the Baltics (¿Qué ocurrirá en una Europa en proceso de envejecimiento? Envejecer y crecer en Europa central y el Báltico).
La adaptación al cambio climático y la eficiencia energética siguen siendo prioridades estratégicas para Europa y Asia central, la región en desarrollo con mayor intensidad energética. En Kosovo, la ex República Yugoslava de Macedonia y Ucrania, el Banco trabaja en la elaboración de reformas normativas (como la fijación de precios a la energía) y el fomento de las inversiones, tanto en la infraestructura pública como en las empresas privadas, incluso en el ámbito de las energías renovables y la eficiencia energética. En Bosnia y Herzegovina y en Serbia, continúa respaldando las tareas de recuperación y protección luego de las catastróficas inundaciones de mayo de 2014. En Belarús, el Banco se dedica a intensificar la protección de los bosques y en Asia central, ayuda a los países a rehabilitar los sistemas de riego y a fortalecer su capacidad para mejorar la gestión de los recursos hídricos, adoptar prácticas agrícolas inteligentes en relación con el clima y promover un manejo más sostenible de la tierra y de los bosques.
La asistencia brindada por el Banco mediante sus servicios analíticos y de asesoría también se centró en el cambio climático. El informe Bajemos la temperatura: Cómo hacer frente a una nueva realidad climática, publicado durante este ejercicio, es el tercero de esta serie anual de documentos y en él se incluye el análisis de la situación en Asia central, Rusia y los Balcanes occidentales. En el documento se advierte que, si no se toman medidas, el planeta continuará calentándose, y los fenómenos meteorológicos extremos se convertirán en la nueva normalidad del clima, con lo que se incrementarán los riesgos y la inestabilidad.
Más información: Página del Banco Mundial sobre la región de Europa y Asia central (EN) »