Este año, la pandemia de COVID‑19 continuó teniendo un impacto perjudicial en la salud y el bienestar de miles de millones de personas, devastando las economías y empeorando la desigualdad en todo el mundo. Se calcula que, en 2020, unos 100 millones de personas más cayeron en la pobreza extrema. Ese mismo año, entre 720 millones y 811 millones de personas de todo el mundo sufrieron hambre, es decir, 161 millones de personas más que en 2019. Los cierres de escuelas dejaron a 1600 millones de estudiantes sin poder asistir a clases, lo que trajo aparejadas pérdidas significativas de aprendizaje. Las interrupciones en los servicios de salud han hecho que muchas enfermedades no transmisibles y prevenibles quedaran sin tratar. Las mujeres y las niñas se ven especialmente afectadas por estos impactos de gran alcance, ya que han sido las más propensas a perder el empleo o no volver a la escuela; también han sido víctimas de un aumento de la violencia de género.
El Grupo Banco Mundial ha preparado una respuesta amplia y decisiva —la más importante de su historia— para enfrentar la pandemia. Desde abril de 2020 hasta el final del ejercicio de 2021, el financiamiento alcanzó un total de más de USD 157 000 millones. La magnitud de esta respuesta refleja la sólida posición financiera del GBM, respaldada por los aumentos generales de capital del BIRF e IFC de 2018 y la decimonovena reposición de recursos de la AIF (AIF‑19). Incluye USD 45 600 millones en financiamiento del BIRF para los países de ingreso mediano; USD 53 300 millones de recursos de la AIF en donaciones y condiciones altamente concesionarias para los países más pobres, con alivio de la deuda incorporado para los países en riesgo de sobreendeudamiento; USD 42 700 millones1 de IFC para empresas privadas e instituciones financieras; USD 7600 millones en garantías de MIGA para apoyar a inversionistas y prestamistas del sector privado, y USD 7900 millones de fondos fiduciarios ejecutados por el receptor.
Nuestra acción comenzó en abril de 2020, con el Programa Estratégico de Preparación y Respuesta en materia de Salud. Este se basa en un enfoque programático de varias etapas y de alcance mundial para ayudar a los países a acceder a financiamiento y así afrontar las necesidades sanitarias. Desde abril de 2020 hasta junio de 2021, comprometimos USD 8400 millones para 153 operaciones en virtud de este enfoque y reorientamos USD 3100 millones de la cartera a fin de apoyar a más de 100 países en su respuesta a la pandemia.
En junio de 2020, presentamos el documento expositivo sobre la respuesta a la crisis de la COVID‑19 titulado Saving Lives, Scaling-up Impact and Getting Back on Track (Salvar vidas, ampliar el impacto y retomar el rumbo), que contiene la estructura de nuestra respuesta excepcional en términos de velocidad, escala y selectividad. En él se establece como prioridad ayudar a los países en la transición de la crisis a la recuperación mediante los siguientes pasos: i) salvar vidas; ii) proteger a los pobres y vulnerables; iii) asegurar los cimientos de la economía, y iv) fortalecer las políticas e instituciones para lograr resiliencia, a partir de endeudamiento e inversiones transparentes y sostenibles.
También desempeñamos un papel clave en la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G‑20, creada en mayo de 2020 a instancias del Banco Mundial y el FMI. La DSSI ha hecho llegar más de USD 5000 millones en alivio de la deuda a más de 40 países participantes. Si bien debía concluir en diciembre de 2020, la iniciativa se extendió dos veces debido a la crisis de la COVID‑19 y ahora su finalización está prevista para diciembre de 2021.
Estamos apoyando la distribución equitativa y amplia de vacunas seguras y eficaces contra la COVID‑19 entre los países en desarrollo, de modo que contribuyan a salvar vidas, controlar la pandemia y reforzar el proceso de recuperación. En octubre de 2020, mientras se aceleraba la preparación de vacunas contra la COVID‑19 a nivel mundial, ofrecimos entregar USD 12 000 millones a lo largo de 24 meses a través de financiamiento adicional destinado al enfoque de varias etapas para la salud mundial, con el fin de ayudar a los países a adquirir y aplicar vacunas seguras y eficaces; en junio de 2021, aumentamos esta dotación a USD 20 000 millones. Este paquete flexible permite a los países adquirir vacunas a través del mecanismo COVAX u otras fuentes aprobadas y financiar actividades conexas que respalden la implementación y fortalezcan los sistemas de salud, es decir, todo lo relativo a suministros médicos y equipos de protección personal, cadenas de frío de las vacunas, capacitación de los trabajadores, sistemas de datos e información, y comunicaciones que promuevan la aceptación de las vacunas. En el ejercicio de 2021, nos comprometimos a aportar USD 4400 millones del enfoque de varias etapas para la salud mundial con el objetivo de financiar vacunas para 53 países, lo que implicó redirigir financiamiento de proyectos existentes. Esto incluye el apoyo brindado al Equipo de Adquisición de Vacunas para África, en asociación con la Unión Africana, que se anunció en junio de 2021. A través de esta medida, se ayudará a los países a comprar y aplicar vacunas contra la COVID‑19 para hasta 400 millones de personas, en respaldo del objetivo de la Unión Africana de vacunar al 60 % de la población del continente para 2022.
IFC también ofrecerá USD 4000 millones para ampliar el acceso a servicios de salud y aumentar la provisión y producción local de vacunas y equipos de protección personal en los países en desarrollo, así como para resolver los cuellos de botella en el suministro médico. A su vez, estamos poniendo en línea todos los datos de las operaciones del GBM sobre las vacunas contra la COVID‑19. Estos esfuerzos se ven reforzados por la colaboración en curso con una amplia gama de asociados internacionales, entre ellos, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias, la Alianza Gavi, el Fondo Mundial, el FMI, Unicef, la OMS y la OMC.
Mientras trabajamos con los países de ingreso bajo y mediano para abordar la crisis sanitaria y tomar la senda de la recuperación, estamos aprovechando todas las oportunidades para lograr un crecimiento sostenible, promover la inclusión y construir un mundo mejor. Estamos avanzando con el objetivo de fortalecer los sistemas de salud, mejorar la protección social, abordar los impactos desiguales en las mujeres, mantener a los estudiantes en la escuela, preservar y crear empleos, combatir la inseguridad alimentaria, reforzar las instituciones y la prestación de servicios gubernamentales, promover la sostenibilidad de la deuda y alentar la mitigación y adaptación relativas al cambio climático. Estas prioridades son especialmente importantes para los países más pobres y los países afectados por FCV. A través de nuestra combinación exclusiva de financiamiento, análisis y experiencia con crisis anteriores, y a partir de la asociación con los Gobiernos, el sector privado y otras organizaciones multilaterales, seguimos firmemente comprometidos a ayudar a los países a salir de esta crisis y avanzar hacia una recuperación verde, resiliente e inclusiva.
1. Este monto incluye los compromisos a largo plazo por cuenta de IFC, los compromisos de financiamiento a corto plazo y fondos movilizados de otros inversionistas.