La volatilidad mundial provocada por la pandemia de COVID‑19 genera un impacto negativo en África al sur del Sahara. Las consecuencias sanitarias, económicas y sociales representan para la región un costo que se estima entre los USD 37 000 millones y los USD 79 000 millones por pérdida de producto durante 2020, y se traducen también en la reducción de la productividad agrícola, el debilitamiento de las cadenas de suministro, la restricción de las perspectivas de empleo y la caída de las remesas, todo lo cual contribuye a la incertidumbre. Una plaga de langostas sin precedentes amenaza aún más la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia en África oriental. Según las previsiones, el crecimiento económico se contraerá y pasará del 2,4 % registrado en 2019 a entre el -2,1 % y -5,1 % en 2020, lo que señalará la primera recesión de la región en 25 años. Por otro lado, la pandemia probablemente empuje a millones de hogares a la pobreza y podría desatar una crisis de seguridad alimentaria, dado que la producción agrícola de África podría contraerse entre un 2,6 % y un 7 %. En vista de que casi el 90 % de los trabajadores de la región tienen empleos informales, buscamos también ayudar a los países a llegar a ellos con el apoyo que necesitan para abordar este problema.
Asistencia del Banco Mundial
En este ejercicio, el Banco aprobó un financiamiento por valor de USD 20 800 millones para la región de África destinado a solventar 156 operaciones. El monto incluyó USD 1700 millones en compromisos del BIRF y USD 19 100 millones en compromisos de la AIF. Los ingresos provenientes de los acuerdos por servicios de asesoría reembolsables con ocho países ascendieron a USD 11 millones.
Buscamos ayudar a la región a promover el capital humano y empoderar a las mujeres, potenciar las tecnologías digitales para incrementar la eficacia de los Gobiernos y el comercio, preservar la inversión pública y movilizar financiamiento privado en sectores críticos, alentar la creación de empleo, y abordar las causas y los efectos del cambio climático y los conflictos.
En el ejercicio de 2020, en respuesta a la pandemia de COVID-19, el Banco aprobó 28 nuevas operaciones (por USD 493 millones) y reorientó el financiamiento de 27 proyectos ya existentes (por USD 476 millones) para la región de África en el marco del Programa Estratégico de Preparación y Respuesta, de alcance mundial.
Impulsar el potencial de África a través de su gente
En abril de 2019, pusimos en marcha el Plan de Capital Humano para África, en el que se establecen metas y compromisos para impulsar el potencial de la región a través de su capital humano, esto es, la salud, los conocimientos, las aptitudes y la resiliencia de su gente. Este plan busca reducir la mortalidad infantil y el retraso del crecimiento, y mejorar en un 20 % los resultados del aprendizaje de los niños. También tiene el objetivo de brindar protección social a 13 millones de personas más, empoderar a las mujeres, reducir las tasas de fertilidad en adolescentes y mejorar las prácticas de saneamiento.
Desde que se puso en marcha el plan, hemos duplicado los compromisos dirigidos a mejorar los resultados vinculados con el capital humano en la región, lo que incluye un monto de USD 2200 millones para empoderar a las mujeres. El emblemático Proyecto de Empoderamiento de las Mujeres y Dividendos Demográficos en el Sahel pronto abarcará nueve países, con un financiamiento del Banco de USD 675 millones. Esta iniciativa contribuye a empoderar a las mujeres y las niñas en la región del Sahel mediante la ampliación del acceso a la educación y a la atención sanitaria de calidad, el impulso de las oportunidades de empleo y la interacción con líderes religiosos y comunitarios con el fin de amplificar estos resultados. Hasta la fecha, el plan ha permitido ayudar a más de 100 000 niñas a asistir a la escuela, capacitar a más de 6600 parteras e implementar programas de formación en oficios para casi 100 000 mujeres.
Respaldar una gestión de gobierno inclusiva y transformar las economías
Nuestra labor en el área de gobernanza e inclusión tiene como objetivo facilitar la prestación eficiente e inclusiva de los servicios públicos y desarrollar instituciones y sistemas resilientes frente a las presiones económicas, sociales y ambientales. Ayudamos a los países a crear condiciones propicias para la inversión y a garantizar la continuidad de los servicios estatales, promoviendo el avance hacia el desarrollo sostenible. La tecnología también ha influido en el modo en que los Gobiernos operan e interactúan con los ciudadanos, lo que ha incrementado la transparencia y ha mejorado la prestación de servicios.
El Banco moviliza todas las fuentes de financiamiento y conocimientos técnicos con la intención de contribuir a crear un entorno propicio para los inversionistas, en particular los del sector privado. Este enfoque abrirá más oportunidades para que los Gobiernos y las empresas puedan desarrollar la infraestructura necesaria, ampliar el acceso a las tecnologías digitales y generar empleo. También colaboramos con los países para implementar una transición rápida hacia la economía digital, que puede impulsar la productividad, incrementar la inclusión financiera y generar empleo. La región, por su parte, está trabajando para conectar a Internet a todos los individuos, las empresas y los Gobiernos para 2030.
En marzo de 2020, Somalia comenzó a beneficiarse con el alivio de la deuda a través de la Iniciativa Reforzada para los Países Pobres Muy Endeudados, que le permitirá reducir su endeudamiento de USD 5200 millones a fines de 2018 a USD 557 millones una vez que llegue al punto de culminación de la iniciativa, dentro de aproximadamente tres años. La ayuda del Banco desempeñó un papel muy importante para que Somalia lograra esta meta: entre otras cosas, otorgó USD 140 millones en concepto de donación previa a la regularización de atrasos durante el ejercicio de 2019 y USD 475 millones en financiamiento para políticas de desarrollo dirigidos a fortalecer la capacidad, la gestión financiera y la transparencia del Estado, así como a promover el crecimiento inclusivo impulsado por el sector privado.
Abordar los factores que generan fragilidad y conflicto
Una de las prioridades establecidas en el Plan de Capital Humano de la región consiste en abordar la fragilidad, el conflicto y la violencia, dado que estos problemas continúan limitando las oportunidades. El acceso a la educación y a la formación profesional es acotado, lo que deja a muchos jóvenes con escasas aptitudes atractivas para el mercado laboral. El crecimiento del sector privado es magro, con pocos puestos vacantes para quienes buscan empleo. Y los problemas de seguridad limitan la prestación y la calidad de los servicios públicos.
En el ejercicio de 2020, invertimos USD 2500 millones en países afectados por FCV. En la República Centroafricana, que ha atravesado ciclos de violencia y conflicto desde que se declaró la independencia en 1960, ayudamos a fortalecer la gobernanza, la gestión de las finanzas públicas y la prestación de servicios tras la firma de un tratado de paz en febrero de 2019. A su vez, elaboramos trabajos analíticos en los que se describen diversos caminos para que el país logre el crecimiento inclusivo, por ejemplo, mediante la mejora de los servicios públicos, el fortalecimiento del contrato social, la ampliación de la base tributaria y la modernización del sistema impositivo.
Seguiremos trabajando a partir de estos avances con más inversiones e intervenciones de calidad, entre las que figura el suministro de financiamiento adicional en el marco de la AIF‑19 para programas transfronterizos en el Sahel, la región del Lago Chad y el Cuerno de África. Estos esfuerzos también tendrán como meta abordar los distintos riesgos y oportunidades que enfrentan mujeres y hombres en situaciones de FCV.
Respaldar la mitigación y la adaptación al cambio climático
En vista de que los pobres de África son los más afectados por el cambio climático, las inversiones en resiliencia climática constituyen una prioridad fundamental. La región ha establecido como nuevas metas respaldar la gestión integrada de los paisajes en más de 60 millones de hectáreas correspondientes a 20 países, mejorar los medios de subsistencia de 10 millones de agricultores a través de prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, e incrementar de 28 a 38 gigavatios la capacidad de generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables.
El Plan de Negocios para África relativo al Clima, puesto en marcha en 2015, y la versión actualizada de dicho plan, denominado Nueva Generación, se basan en el compromiso del GBM de incorporar el tema del cambio climático en el desarrollo. Hasta diciembre de 2019, el Banco había entregado financiamiento por más de USD 30 000 millones para 312 proyectos, con lo que se superó la meta de recursos movilizados establecida en el plan para el ejercicio de 2020. La versión actualizada se diseñó sobre la base de los logros y las enseñanzas del plan original, y con ella se busca impulsar una visión audaz para la acción climática en gran escala.
Aumentar el apoyo a la integración regional de África
El GBM está ampliando el apoyo a la integración regional, entre otras cosas, fomentando los nexos con el norte de África, con el objetivo de abordar las prioridades clave de los 54 países del continente. Para esto, buscamos fortalecer la conectividad mediante el desarrollo de infraestructura de transporte, energía y tecnología digital; respaldar el comercio y crear mercados; mejorar el capital humano brindando oportunidades para el desarrollo de capacidades, empoderando a las mujeres y controlando las enfermedades y las pandemias, y promover la resiliencia a través del trabajo en las áreas de agricultura y ganadería, seguridad alimentaria, cambio climático, desplazamiento y aguas transfronterizas. También tenemos la meta de abordar los factores que generan fragilidad en el Cuerno de África, la región del lago Chad y el Sahel.
El Programa de Mejoramiento de los Sistemas Regionales de Vigilancia de Enfermedades abarca 16 países y a través de él se proporciona un financiamiento de USD 629 millones. Gracias a esta iniciativa, se fortalecen los sistemas de salud y la colaboración entre los países para detectar brotes de enfermedades transmisibles y responder a ellos. El Banco también ha proporcionado USD 250 millones para ayudar a Etiopía, Zambia y la Unión Africana a implementar el proyecto de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, con los que se busca contener la propagación de enfermedades infecciosas y abordar los problemas de salud pública que afectan a la región y el continente. Con ambos proyectos se han movilizado recientemente recursos para ayudar a los países a adquirir equipos de laboratorio e incrementar su capacidad para hacer frente a la pandemia de COVID‑19.
La plaga de langostas pone en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas de la región. Estamos ayudando a los países a responder a esta amenaza a través del Programa de Respuesta de Emergencia frente a la Plaga de Langostas, por valor de USD 500 millones, con el que se brinda apoyo para el seguimiento y el control de las poblaciones de langostas, se ayuda a las personas a salvaguardar sus activos y hacer frente a los impactos económicos, y se fortalecen los sistemas nacionales de preparación. Mediante este programa, se ha suministrado financiamiento a Etiopía, Kenya, Somalia y Uganda con el fin de respaldar sus esfuerzos de respuesta ante esta situación.
Más información: África >
Compromisos y desembolsos para la región en los ejerciciós de 2018–20
| COMPROMISOS (EN MILLONES DE USD) | DESEMBOLSOS (EN MILLONES DE USD) |
| Ej. de 2018 | Ej. de 2019 | Ej. de 2020 | Ej. de 2018 | Ej. de 2019 | Ej. de 2020 |
BIRF | 1,120 | 820 | 1,725 | 734 | 690 | 1,087 |
AIF | 15,411 | 14,187 | 19,095 | 8,206 | 10,190 | 13,373 |
Cartera de operaciones en ejecución al 30 de junio de 2020: USD 88 200 millones. |
Uganda: Brindar apoyo a los refugiados y a las comunidades que los reciben
Con una población de refugiados de 1,4 millones, Uganda es el país de África que más refugiados recibe, y el tercero en el mundo. A pesar de que las políticas del país en esta área se encuentran entre las más progresivas y generosas de todo el mundo, los refugiados enfrentan dificultades prácticas para asegurarse los medios de subsistencia y obtener servicios sociales. Esto se debe, en parte, a su prolongada permanencia en el país y a la fluidez de las nuevas oleadas. Estas tendencias han incrementado la demanda de servicios en las zonas que reciben refugiados y en comunidades que ya estaban desatendidas, lo que pone de relieve la necesidad de realizar inversiones a largo plazo.
El Banco brinda respaldo a Uganda a través del Proyecto de Respuesta para el Desarrollo frente a los Impactos del Desplazamiento, de USD 150 millones, mediante el cual se canaliza financiamiento del Subservicio de la AIF para los Refugiados y las Comunidades que los Acogen. El proyecto ha permitido ampliar el acceso a los servicios básicos, generar más oportunidades económicas y mejorar la infraestructura social y económica. Con él también se respaldan la gestión de los recursos naturales y la regeneración ambiental.
El proyecto abarca los 14 distritos de Uganda que albergan a la mayor cantidad de refugiados. Tiene fuerte presencia en el norte, donde se pone el énfasis en pasar de la respuesta de emergencia a un enfoque a mediano plazo; en el oeste y sudoeste, las actividades se centran en mejorar las oportunidades económicas e integrar los sistemas nacionales y distritales de prestación de servicios. Mediante el Mecanismo de Respuesta a la Crisis del Desplazamiento, se brindan fondos que permiten al Gobierno ampliar con rapidez los servicios de educación, salud y abastecimiento de agua para las comunidades pobres y vulnerables que posiblemente deban lidiar con una afluencia repentina de refugiados.
En Koboko, en el noroeste del país, el Banco busca aliviar el hacinamiento y optimizar el entorno para el aprendizaje en la escuela primaria Lobule construyendo nuevas aulas que incorporan mejoras edilicias tales como tanques para la recolección de agua, sistemas de iluminación más adecuados y letrinas drenables. En total, se han construido cerca de 80 instalaciones y hay casi 100 más en construcción; incluyen aulas con mobiliario moderno, viviendas para los docentes, centros de salud, letrinas públicas, tanques de recolección de agua y clínicas veterinarias. El proyecto, además, ayuda a rehabilitar tierras degradadas, mejorar la sostenibilidad de las fuentes de agua y mantener los bosques y las tierras de cultivo fértiles. Las obras remodeladas son también de más fácil manejo, pues en ellas se utilizan fuentes de energía alternativa, por ejemplo, energía solar en los sistemas de iluminación y en el bombeo de agua, y mejores artefactos de cocina.
Para ayudar tanto a los refugiados como a las comunidades receptoras a prosperar, se ha implementado un programa de medios de subsistencia que permite crear, ampliar y mejorar las oportunidades de las que disponen las personas para generar ingresos, por ejemplo, en la agricultura de valor agregado, la pesca y la producción de carbón vegetal y ladrillos.
Este proyecto forma parte de un esfuerzo regional más amplio dirigido a respaldar a las comunidades que reciben refugiados en Djibouti, Etiopía, Kenya y Uganda. Mediante un enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad, garantiza la participación de los ciudadanos en la identificación y la priorización de subproyectos que aborden las necesidades urgentes, con lo que se empodera no solo a la comunidad sino también a las instituciones de base y los órganos gubernamentales descentralizados. Con el proyecto se busca, a su vez, abordar los riesgos sociales subyacentes, entre ellos la violencia de género y la violencia contra los niños. El objetivo general es fortalecer la cohesión social entre los refugiados y las comunidades receptoras, mejorar la rendición de cuentas en el área social e integrar los programas humanitarios y de desarrollo en beneficio de todos.
RESEÑA DE LA REGIÓN
Indicador | 2000 | 2010 | Datos Actualesa |
Población total (en millones) | 664 | 868 | 1,106 |
Crecimiento demográfico (% anual) | 2.7 | 2.8 | 2.7 |
INB per cápita (método del Atlas, en USD corrientes) | 550 | 1,434 | 1,536 |
Crecimiento del PIB per cápita (% anual) | 0.8 | 2.6 | 0 |
Población que vive con menos de USD 1,90 al día (en millones) | 388b | 405 | 420 |
Esperanza de vida al nacer, mujeres (años) | 52 | 58 | 63 |
Esperanza de vida al nacer, hombres (años) | 49 | 55 | 60 |
Emisiones de dióxido de carbono (megatoneladas) | 565 | 765 | 848 |
Pobreza extrema (% de la población que vive con menos de USD 1,90 al día, PPA de 2011) | 55.4b | 46.6 | 42.3 |
Servicio de la deuda como proporción de las exportaciones de bienes y servicios | 9 | 3 | 8 |
Coeficiente entre participación femenina y masculina en la fuerza de trabajo (estimación modelada de la OIT, %) | 84 | 85 | 86 |
Empleo vulnerable, total (estimación modelada de la OIT, % del empleo total) | 78 | 76 | 74 |
Tasa de mortalidad de niños menores de 5 años por cada 1000 nacidos vivos | 153 | 101 | 78 |
Tasa de finalización de la escuela primaria (% del grupo etario pertinente) | 54 | 68 | 69 |
Personas que usan Internet (% de la población) | <1 | 7 | 25 |
Acceso a la electricidad (% de la población) | 26 | 34 | 48 |
Consumo de energía renovable (% del consumo total final de energía) | 73 | 72 | 70 |
Personas que cuentan, por lo menos, con servicios básicos de saneamiento (% de la población) | 23 | 27 | 31 |
Personas que cuentan, por lo menos, con servicios básicos de abastecimiento de agua potable (% de la población) | 46 | 55 | 61 |
Nota: INB = ingreso nacional bruto; PIB = producto interno bruto; PPA = paridad del poder adquisitivo; OIT = Organización Internacional del Trabajo. a. Datos más recientes disponibles entre 2013 y 2019; para consultar datos actualizados, visite http://data.worldbank.org. b. Datos de 2002. Para consultar las estimaciones de pobreza, véase la información sobre los grupos regionales en http://iresearch.worldbank.org/PovcalNet/data.aspx. |
|