Dos huracanes golpearon el sur de México en el año 2005: el poderoso huracán Wilma y el relativamente débil huracán Stan.
Si bien Wilma dejó más daños económicos que Stan, la recuperación de Wilma fue más rápida porque golpeó las zonas turísticas de la península de Yucatán, con más capacidad para superar estos fenómenos (y mejor aseguradas). Stan, en comparación, devastó los barrios y comunidades rurales indígenas de Chiapas.
Esto demuestra que a pesar de enfrentarse a eventos climáticos más extensos y a pérdidas importantes, las comunidades mejor preparadas y de mayor poder adquisitivo se recuperan más rápido que las comunidades pobres y vulnerables expuestas a choques menores.
El estudio Las dimensiones sociales del cambio climático en México identifica algunos de los factores claves que explican estas diferencias, junto con las opciones de políticas públicas en los diferentes niveles de gobierno para reducir la vulnerabilidad y fortalecer la capacidad de los hogares pobres para protegerse de las consecuencias de los desastres hidrometeorológicos (tal como sequías, inundaciones o lluvias) y el cambio climático.