Desde 2021, Panamá ha fortalecido su posición como uno de los primeros países con carbono negativo en el mundo, con sus bosques capturando más carbono del que el país emite. Este logro subraya el compromiso de Panamá con la sostenibilidad ambiental.
Además, Panamá se destaca como un centro logístico y financiero clave en la región. El desarrollo ha sido impulsado por el comercio y los servicios, con el Canal desempeñando un papel fundamental en estos sectores. A pesar de estos avances, Panamá sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, con una pobreza significativa entre los pueblos indígenas y los afro-panameños, así como un acceso limitado y baja calidad de los servicios públicos esenciales.
En los últimos treinta años, el crecimiento económico ha generado empleo y reducido significativamente la pobreza, que ha disminuido del 48.2 % en 1991 al 12.9 % en 2023, con un ingreso per cápita de $6.85 por día, según la medición de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) de 2017.
El PIB creció un 7.3 por ciento en 2023, impulsado por los sectores de construcción, transporte y almacenamiento, comercio mayorista y minorista, servicios públicos, servicios empresariales y hospitalidad, empleando colectivamente al 45 por ciento de la fuerza laboral. Sin embargo, el progreso en la reducción de la pobreza se ha visto afectado por la eliminación de las transferencias de emergencia del gobierno (Nuevo Programa Panamá Solidario – NPPS).
Durante el cuarto trimestre de 2023, Panamá logró salir de la lista de países de alto riesgo y no cooperantes del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, tras implementar acciones que fortalecieron su régimen en el combate a estos delitos. Esto traerá beneficios económicos positivos para el país a mediano y largo plazo.
A pesar del fuerte crecimiento y los avances en reformas, han surgido nuevos desafíos. Tras la prolongada sequía que duró de julio de 2023 a abril de 2024, el Canal de Panamá tuvo que restringir el tránsito de embarcaciones.
Además, la decisión de la Corte Suprema de declarar inconstitucional el contrato con la empresa Cobre Panamá tendrá importantes impactos económicos en el país.
Se espera que el crecimiento se desacelere al 2.4 por ciento en 2024, tras la paralización de una de las actividades mineras más importantes del país. Sin embargo, el dinamismo en el sector de servicios debería ayudar a mejorar gradualmente el crecimiento. A partir de 2025, se espera un crecimiento acelerado si Panamá mantiene su atractivo como destino para la inversión extranjera, lo que debería iniciar una modesta reducción de la pobreza a medida que la economía se recupere y el mercado laboral recobre su impulso.
Se proyecta que el déficit fiscal se amplíe al 4.6 por ciento del PIB en 2024, debido a menores ingresos y mayores gastos. Sin embargo, se espera que disminuya gradualmente a alrededor del 3 por ciento para 2026, a medida que entren en vigor las medidas de consolidación fiscal, lo que señala una trayectoria positiva hacia la estabilidad a largo plazo.
Aunque Fitch rebajó la calificación de riesgo soberano de Panamá de BBB- a BB+ el 28 de marzo de 2024, el país mantiene un buen acceso a los mercados de capital.
En mayo de 2024, los panameños eligieron a José Raúl Mulino para liderar el país, y un nuevo gobierno asumió el cargo el 1 de julio de 2024. La nueva administración se ha propuesto abordar los desafíos estructurales de Panamá para restaurar altas tasas de crecimiento, garantizar la sostenibilidad fiscal y mejorar la resiliencia ante choques climáticos. Abordar estos problemas requerirá mejorar la movilización de ingresos mediante la alineación de las tasas impositivas, abordar las ineficiencias en la administración tributaria y reducir las presiones de gasto, especialmente las relacionadas con el sistema de pensiones y los subsidios no focalizados. Estos esfuerzos enviarán señales positivas a los inversionistas y restaurarán la confianza.
Última actualización: Nov 15, 2024