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Paraguay tiene un futuro brillante. Con abundantes recursos naturales, una población joven y un contexto macroeconómico estable, está posicionado para el éxito. Sin embargo, para aprovechar plenamente su potencial, necesita un nuevo enfoque en su estrategia de crecimiento: priorizar la productividad, la resiliencia y la sostenibilidad.
El nuevo informe del Banco Mundial, "De una tierra sin litoral, a una tierra de oportunidades", reconoce el notable progreso económico de Paraguay en las últimas dos décadas, gracias a reformas institucionales que han priorizado la estabilidad macroeconómica y un régimen de comercio e inversión abierto. Al mismo tiempo, el informe alerta que al igual que otros países de la región de América Latina, el ritmo de crecimiento y de la reducción de pobreza se han ralentizado en esta última década.
Para abordar estos desafíos, el informe presenta tres recomendaciones:
- Aumentar la resiliencia: Si bien Paraguay ha experimentado cambios estructurales, la economía sigue dependiendo de recursos naturales y por lo tanto es vulnerable a los choques externos, incluyendo los riesgos climáticos. Diversificar las exportaciones, incluidos los servicios, y continuar la profundización del mercado financiero y de capitales son medidas fundamentales para mitigar el impacto de estos shocks.
- Impulsar la productividad: Aumentar la productividad, particularmente en los sectores manufacturero y de servicios, es esencial para crear más empleos de calidad y fomentar la diversificación económica. Esto requiere facilitar la entrada de nuevas empresas y la salida de las que ya no son productivas, invertir más y mejor en la educación y habilidades de la fuerza laboral, y mejorar el acceso a la financiación, especialmente a los micro y pequeñas empresas.
- Garantizar la sostenibilidad: La gestión sostenible de los recursos naturales es clave para el crecimiento a largo plazo y la resiliencia climática. Mejorar el acceso a la financiación y a la capacitación impulsaría el uso de tecnologías y practicas sostenibles en el sector agropecuario, especialmente entre los pequeños productores. Paralelamente, un manejo estratégico del sector eléctrico permitiría a Paraguay aprovechar su abundante energía limpia para diversificar su economía.
El informe también destaca el papel crucial que tienen las instituciones públicas en promover estas transformaciones en la economía. Esto incluye mejorar la calidad de los servicios públicos, fortalecer el estado de derecho y mejorar la gobernanza.