En los últimos 20 años, la estabilidad macroeconómica y la apertura comercial, junto con un entorno internacional favorable, permitieron que el Perú se convirtiera en una economía de ingreso mediano alto. El PBI per cápita subió de USD 2,126 en 2003 a USD 7,790 en 2023. Las políticas macroeconómicas sólidas y prudentes se han reflejado en un nivel de deuda pública bajo, amplias reservas internacionales, un Banco Central creíble, y un sistema financiero robusto.
El Perú ha concluido una década de relativo bajo crecimiento, con un promedio de 2.3% entre 2014 y 2023, donde uno de cada tres peruanos está en pobreza. Estos resultados contrastan con la década precedente, donde la economía creció 6.4% y la pobreza se redujo de 60% a 33% entre 2004 y 2013. Estas diferencias se explican por un deterioro institucional, un contexto económico externo menos favorable en la transición entre décadas, los efectos del COVID-19, y una marcada inestabilidad política desde 2018.
En el 2024, la economía peruana se está recuperando de la contracción del año previo, que respondió a choques climatológicos adversos, protestas sociales y una disminución en la confianza empresarial. Se espera que la economía se expanda en 3.1% durante 2024. La recuperación se explica por la una mejora en la confianza, precios de las exportaciones mineras más favorables, un impulso fiscal asociado al crecimiento de la inversión pública, y un relajamiento de las condiciones monetarias por parte del Banco Central, luego de que la inflación volviera al rango meta.
Para los dos años siguientes se espera que la economía se expanda en promedio 2.5%. Este entorno de crecimiento moderado, sumado a tasas de inflación bajas, permitirían una reducción de la pobreza de 3 puntos porcentuales entre 2023 y 2026.
Para lograr una trayectoria de crecimiento más elevada e inclusiva, el Perú enfrenta un grupo de retos estructurales y de corto plazo. Entre los primeros destacan la mejora en la calidad de los servicios públicos asociados al capital humano y la infraestructura, mejoras en gobernanza pública, fomentar un entorno propicio para los negocios que remueva las barreras al crecimiento empresarial, así como un ambiente de mayor estabilidad política. La reducción de las vulnerabilidades a choques climáticos es también parte de la agenda pendiente.
En términos de un crecimiento más inclusivo, además de propiciar mejoras en la red de protección social, se debe buscar alcanzar empleos de mayor calidad, y reducir la informalidad y las disparidades de género en el mercado laboral. En el corto plazo, el principal reto que enfrenta la economía es asegurar una trayectoria fiscal más prudente, que se traduzca en una reducción del déficit fiscal observado durante 2023 y 2024. Esta mayor prudencia permitirá al país seguir gozando de la credibilidad fiscal que ha caracterizado al Perú en las últimas tres décadas, y que ha permitido condiciones favorables de acceso a los mercados de deuda tanto para el sector público como para el privado.
Última actualización: Oct 21, 2024