Octubre 28, 2020 / 5:00 PM (Hora de Quito, Ecuador)
Las prácticas artísticas poseen la potente capacidad de generar identidad, reconociéndonos como parte de un colectivo; al mismo tiempo, hacer cultura también es romper paradigmas. La capacidad creativa es una forma de afrontar y posicionarse frente a los problemas sociales y políticos cotidianos, confrontándonos con los esquemas tradicionales de creación. Trabajar desde la cultura nos aproxima a potentes herramientas de discusión, diálogo, cohesión comunitaria y resistencia; construyendo entornos de libertad de expresión y difusión de las problemáticas que afectan sobre todo a los grupos y colectividades que históricamente han sido discriminados, violentados o excluidos, encontrando en las expresiones artísticas espacios seguros de visibilización.
La generación de estos espacios representan los constantes retos y posibilidades que las y los estudiantes de artes debemos asumir a diario. Esto se evidenció durante la pandemia de la Covid-19, donde el arte y la cultura estimularon la resiliencia de la colectividad; a su vez, el espacio de la virtualidad motivó al artista a enfrentarse con numerosos desafíos respecto a la creación y difusión de su trabajo; poner mayor atención en la criticidad del discurso y el lenguaje cuyo alcance se acrecienta gracias a las redes sociales y plataformas en línea, que son en sí mismas desafiantes debido a su facultad democratizadora.
Carol Cortéz
Artista participante FAUCE