El Banco Mundial está adoptando medidas audaces para bajar de forma contundente la curva de emisiones de metano y, en ese marco, anunció su intención de poner en marcha al menos 15 programas dirigidos por los países en los próximos 18 meses.
Estos programas tendrán como objetivo reducir hasta 10 millones de toneladas de metano (durante el tiempo en que se lleven a cabo las inversiones).
Abordar las emisiones de metano es una manera eficaz en función de los costos de reducir el peligroso aumento de las temperaturas mundiales y brindar apoyo a miles de millones de personas que se ven afectadas directamente por el cambio climático. Esto resulta esencial para el Plan de Acción sobre el Cambio Climático del Banco Mundial, centrado en el impacto, y para su visión de crear un mundo sin pobreza en un planeta habitable.
Los nuevos programas nacionales se basan en experiencias piloto exitosas que han generado soluciones transformadoras para la producción de arroz, las operaciones ganaderas y la gestión de los residuos. Estas intervenciones han mejorado la gestión del agua de los arrozales y el compostaje de paja de arroz; han respaldado la gestión sostenible del ganado a través de prácticas alimentarias avanzadas, la cría selectiva y un mejor tratamiento de los abonos, y han permitido desviar los residuos orgánicos de los vertederos y gestionar el biogás de manera más eficiente.
Si se utilizan las mejores tecnologías disponibles, las emisiones de metano pueden reducirse hasta un 40 % en el caso de la producción de arroz, hasta un 30 % en el caso del ganado y hasta un 80 % en el de los residuos.
El metano representa alrededor del 19 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La producción de arroz representa el 8 %; la ganadería, el 32 %, y los residuos, el 18 % de todas las emisiones de metano provocadas por los seres humanos.
En todo el espectro, este enfoque integral para la reducción del metano permite lograr un triple beneficio: reducir las emisiones, aumentar la resiliencia y potenciar los medios de subsistencia.
El metano es 80 veces más peligroso que el dióxido de carbono cuando se trata de calentar el planeta, lo que lo convierte en uno de los principales factores que contribuyen al cambio climático. Sin embargo, es menos conocido que el dióxido de carbono y se le otorga menos prioridad que a dicho gas. El financiamiento destinado a la reducción del metano es alarmantemente bajo y representa menos del 2 % del financiamiento climático mundial.
El Banco también apoyará intervenciones tempranas donde se prevé que las emisiones de metano aumentarán exponencialmente, orientará la formulación de políticas y la participación de los países a través de análisis, y liberará financiamiento. Entre 2024 y 2030, espera incrementar considerablemente su financiamiento a través de los canales de los sectores público y privado para reducir dicho gas.
Estos esfuerzos se complementarán con soluciones sencillas y eficaces para reducir las emisiones de metano provenientes del sector eléctrico. El Banco Mundial está trabajando con Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Noruega y el sector privado para ampliar los esfuerzos de larga data orientados a reducir considerablemente las emisiones en toda la cadena de valor de la energía.
En relación con estos esfuerzos, pondrá en marcha dos plataformas de asociación para impulsar la adopción de medidas aceleradas: la Plataforma Mundial para la Reducción del Metano en pos del Desarrollo, un centro orientado a la reducción de dicho gas en la agricultura y los residuos, y la Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas y el Metano apuntan a reducir las fugas de metano en el sector del petróleo y el gas.