24 de marzo de 2009— En Calfa, Moldova, el desempleo es elevado. Los pocos puestos disponibles ofrecen remuneraciones bajas, y los montos de las pensiones del gobierno son muy magros, de hasta sólo US$10 mensuales. El dinero que envían los que se han ido, en su mayoría a Rusia o a Italia, es una tabla de salvación.
"Si los que están trabajando en el extranjero regresan, nuestros niveles de vida caerán por debajo de la línea de pobreza", sostiene la intendenta de Calfa, Ludmila Ceaglic.
Al igual que Moldova, muchos países en desarrollo dependen en gran medida del dinero que millones de trabajadores envían a sus hogares desde el exterior.
No obstante, los emigrados se enfrentan ahora a circunstancias más difíciles (pérdida de empleo, sentimientos xenófobos, incluso violencia) debido a la profundización de la crisis en todo el mundo.
Los investigadores del Banco Mundial prevén que las remesas disminuirán este año más de lo que se esperaba originalmente i, de los US$305.000 millones registrados el año pasado a una cifra cercana a los US$290.000 millones en 2009.
Aun con una reducción de entre el 5% y el 8%, las remesas seguirán superando los flujos de capitales privados —que, según las previsiones, se reducirán a la mitad en 2009— y de ayuda oficial para el desarrollo, que generalmente se ubican en torno a los US$100.000 millones.
La cantidad de emigrados permitirá que el flujo de remesas resista la caída
Los flujos de remesas seguirán "resistiendo" la caída debido a que muchos países cuentan ya con una cantidad bien establecida de inmigrantes que difícilmente abandonarían sus países adoptivos. Continuarán enviando dinero a sus hogares, aun cuando tengan que reducir los montos de las remesas, indica el economista Dilip Ratha, a cargo del equipo del Banco Mundial dedicado a migraciones y remesas.
Si bien los periódicos afirman que gran número de emigrados están regresando a sus países, aún hay trabajadores que emigran, aunque a un ritmo menos sostenido. Ellos también contribuirán al flujo de remesas, señala Ratha.
Un nuevo estudio llevado a cabo por Centre for Cities revela que, en su mayoría, los trabajadores provenientes de Europa oriental permanecen en el Reino Unido a pesar del aumento del desempleo.
Por otro lado, según Ratha, son muchos los emigrados tayikos que no quieren abandonar Rusia a pesar de los incidentes ocurridos, entre los que se encuentra el ataque a un joven trabajador tayiko, decapitado cerca de Moscú en diciembre. El ataque fue reivindicado por un grupo nacionalista ruso que aboga por el fin de la inmigración.
"A pesar de la violencia contra los inmigrantes, a pesar de la alarmante agudización de la hostilidad hacia los trabajadores extranjeros en Rusia, en particular hacia los tayikos, hay informes que indican que los inmigrantes no quieren regresar a sus países. Quieren quedarse donde están. Consideran que en Tayikistán la situación es aún peor", señala Ratha.
Se reducen los ingresos de los trabajadores
El equipo dirigido por Ratha prevé que en 2009 las remesas representarán cerca del 1,8% del PIB de los países en desarrollo, una ligera disminución respecto del porcentaje registrado en 2008, de 1,9% del PIB.
Sin embargo, si se considera que, durante los últimos años, las remesas registradas oficialmente presentaron un ritmo de crecimiento anual de dos dígitos, la disminución prevista generará penurias en muchos países pobres, según se indica en la versión revisada del informe sobre migración y desarrollo elaborado por el Banco.
Las remesas enviadas desde Rusia, Sudáfrica, Malasia e India a los países en desarrollo son "especialmente vulnerables a la actual crisis económica", según el informe.
El flujo de remesas se desaceleró abruptamente en el segundo semestre de 2008, y se espera que la caída más pronunciada se registre en Europa y Asia central.
En países como Tayikistán, Moldova y la República Kirguisa, de los que ha emigrado gran cantidad de trabajadores para asentarse en Rusia, la disminución del monto de las remesas como porcentaje del PIB será "mucho mayor", sostiene Ratha.
Uno de los motivos de esta disminución generalizada es que se prevé que los salarios de los inmigrantes se reduzcan más marcadamente que los de los trabajadores nativos. Al elaborar las previsiones sobre remesas, el equipo ha utilizado el supuesto de que el salario de los trabajadores inmigrantes caerá cinco puntos porcentuales más que las remuneraciones de los trabajadores nacidos en el país. Según Ratha, esta disminución será aún mayor en Rusia, Malasia y los países del Golfo Pérsico.
Las estadísticas oficiales no muestran el panorama completo
Ratha sostiene que el nivel de empleo de trabajadores inmigrantes en los Estados Unidos se mantiene estable en los sectores mayorista y minorista y va en aumento en los de restaurantes y hotelería. No obstante, en el sector de la construcción ha caído más rápidamente que el de los trabajadores nativos, según se desprende de los nuevos datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales de los EE. UU.
Pero las estadísticas oficiales quizá no muestren el panorama completo, agrega.
Los trabajadores inmigrantes son más flexibles. Son más baratos. Trabajan más y no son exigentes en lo que respecta a las condiciones laborales adecuadas. No piden demasiado. Y creo que hay una razón adicional: muchos trabajadores que ya no son oficialmente empleados continúan trabajando en forma ilegal.
"Sospecho que son muchos los trabajadores de la construcción, indocumentados y no calificados que ya no tienen empleo formal pero permanecen en el país, de modo que para los empleadores resulte más fácil contratarlos por razones impositivas".
Sacar provecho de las remesas
Ratha ha exhortado a los países en desarrollo a sacar provecho de la riqueza de sus emigrados mediante la emisión de bonos de la diáspora. En África, por ejemplo, dichos bonos podrían ayudar a los países que dependen de la asistencia oficial para el desarrollo, cuyos montos son limitados.
Los países también deberían hacer más fácil y más barato el envío de remesas, agrega.
En la actualidad, el costo promedio de enviar dinero a través de canales oficiales supera el 10% del valor de la transacción. En algunos sitios, el costo llega al 25%- 30%.
En la base de datos sobre remesas creada por el Grupo del Banco Mundial figuran los costos de dichas transacciones.
"En este período de crisis, queremos que los países cuenten con más recursos, y las remesas constituyen un importante medio para ayudar a los países, puesto que se envían directamente a las personas y están dirigidas específicamente a las necesidades de la gente", sostiene Ratha.
Los cinco países que más remesas recibieron en 2008:
India: US$45.000 millones
China: US$34.000 millones
México: US$26.000 millones
Filipinas: US$18.000 millones
Polonia: US$11.000 millones