WASHINGTON DC — Latinoamérica es una de las regiones que más rápidamente podría superar sus dificultades económicas, producto de la crisis global, en vista de los sólidos fundamentos de sus economías, que la colocan en mejor posición que las demás para “rebotar de la crisis”.
Pese a que la región se ha visto impactada y su previsión de crecimiento económico para el 2009 ha declinado – una contracción estimada de 0.7% del PIB-, ésta tiene una mayor capacidad para emerger airosa de sus retos económicos, retomar la senda del crecimiento y continuar siendo atractiva para la inversión extranjera, señaló Augusto de la Torre, economista en jefe para América Latina y el Caribe de la institución multilateral.
Durante una presentación de sus proyecciones para la región en la sede de la institución, de la Torre vinculó el “rebote” de América Latina con el de los países industrializados, pero dijo que era un convencido de que la región se “beneficiaría de una rápida recuperación”.
“Todo depende de qué tan rápido se recupere el centro, pero hay una buena capacidad de rebote en el crecimiento en base a que la región ha hecho bien su tarea de no endeudarse y ahorrar en las épocas de bonanza”, sostuvo el economista.
El experto enfatizó que la lección más importante de esta crisis es que, esta vez, América Latina es menos vulnerable a sus efectos nocivos, comparada tanto con su propio pasado como con otras regiones emergentes.
“Crisis’ ya no es más una palabra asociada con una hecatombe” –explicó de la Torre. “Ahora tiene un significado distinto y menos destructivo”.
Indicó, sin embargo, que aunque Latinoamérica ha evitado una crisis financiera sistémica, no podrá evitar una recesión.
Las razones son los múltiples canales de transmisión de la crisis: los costos financieros, los precios de las materias primas, las remesas y la demanda externa, todos los cuales han sufrido impactos significativos.
Por ejemplo, el costo del financiamiento internacional para las empresas latinoamericanas se ha duplicado en los últimos meses, mientras que el precio de las materias primas cayó hasta un 50% desde su pico del 2008. Esto tiene un efecto significativo en una región donde el 95% de la actividad económica y el 90% de su población reside en países que se benefician con altos precios de los ‘commodities’, según de la Torre. A eso se suma el bajón en las remesas, que representan del 10% al 20% del ingreso nacional en algunas naciones caribeñas y centroamericanas.
De la Torre se muestra optimista, sin embargo, en torno a las perspectivas a mediano plazo.
Las medidas contracíclicas adoptadas por muchas economías regionales que incluyen multimillonarios paquetes de estímulo fiscal –en Perú, Brasil, México y Chile, entre otros- servirán para amortiguar el impacto de la crisis tanto en lo económico como en lo social, según el experto. Y en aquellos países donde no existe la capacidad de implementar planes de estímulo -- Centroamérica y el Caribe, por ejemplo-- las multilaterales jugarán un importante rol de apuntalamiento económico, agregó.
Adicionalmente, la flexibilidad cambiaria en la región permitirá mantener relativamente alta la actividad económica doméstica y hacer más atractivo el valor de los activos nacionales para los inversionistas extranjeros.
“De manera que cuando el mundo empiece a resurgir esperaría que la inversión extranjera fluya hacia América Latina”, indicó de la Torre.