4 de agosto de 2009 — Con un proyecto de reforestación en la meseta de Batéké, en la República Democrática del Congo, se generarán importantes beneficios ambientales para la comunidad local, así como servicios sociales a través de un novedoso plan de financiamiento.
Al reforestarse 4.200 hectáreas de tierras degradadas gracias al proyecto de plantación de un sumidero de carbono en Ibi Batéké se permitirá la captura de una cantidad estimada de 2,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en los próximos 30 años, y se generarán unidades de reducción de emisiones que se venderán para financiar la ampliación del proyecto así como la atención de salud, la educación y actividades agroforestales de la comunidad local, a unos 150 kilómetros de la capital, Kinshasa.
Se trata del primer proyecto de la República Democrática del Congo que se beneficiará del comercio mundial de unidades de reducción de emisiones en virtud del Mecanismo para un desarrollo limpio, un planteamiento de mercado que permite a los países que han ratificado el Protocolo de Kyoto comprar créditos de carbono entre ellos, y reducir la liberación de gases de efecto invernadero en la atmósfera para desacelerar el calentamiento de la Tierra.
Con el Fondo del Biocarbono del Banco Mundial se comprarán 500.000 toneladas de unidades de reducción de emisiones (los denominados créditos de carbono) que generará el proyecto hasta 2017 a una empresa privada denominada NOVACEL, creada y dirigida por lugareños de Batéké, incluidos los hermanos Mushiete, Olivier y Thierry.
El objetivo de la iniciativa es dirigir los esfuerzos de la población y los agricultores locales para detener la destrucción de los bosques naturales y concentrarse en la plantación de bosques sujetos a ordenación sostenible, afirma Olivier Mushiete, director del proyecto de plantación de un sumidero de carbono en Ibi Batéké.
Las tierras degradadas se transformarán en un bosque sujeto a ordenación sostenible de acacias, eucaliptos y especies autóctonas que permitirán el secuestro de CO2 y contribuirán al suministro de leña para Kinshasa.
Con el proyecto se crea un “sumidero de carbono”
Al plantarse árboles con el proyecto, se crea un “sumidero de carbono”, se permite la captura de carbono de la atmósfera y su almacenamiento en la biomasa de los árboles que crecen, con lo que se combate el cambio climático.
“Un sumidero de carbono no entraña tan solo plantar árboles”, manifiesta Mushiete. “También se trata de la interacción con las personas del lugar que trabajan con nosotros y fundamentalmente de agregar valor a sus recursos naturales, como el suelo arcilloso en que crecen los árboles y el que, después de su tratamiento con nuestras máquinas, puede utilizarse en ladrillos para construir las casas que vemos por acá y que albergan a las personas que desarrollan actividades agroforestales con quienes trabajamos”.
“En momentos en que la República Democrática del Congo empieza a prepararse para un futuro mecanismo internacional de compensación a las naciones tropicales que contribuyen a la Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD, por sus siglas en inglés), este proyecto sirve de ilustración concreta acerca del modo en que el financiamiento del carbono puede respaldar tanto al medio ambiente como a la generación de ingresos para las comunidades locales”, manifiesta Marie Françoise Marie-Nelly, directora del Banco Mundial a cargo de las operaciones de la República Democrática del Congo, que suscribió hoy el Contrato de Compraventa de Unidades de Reducción de Emisiones (CCRE) con NOVACEL en la oficina del Banco Mundial en Kinshasa.
El Fondo del Biocarbono del Banco ha sido fundamental para permitir a NOVACEL obtener préstamos de empresas privadas (Suez y Umicore) para financiar las inversiones iniciales. Además, ha atraído la participación de otro comprador de carbono, Orbeo, una filial del conglomerado francés Société Generale, que está comprando una cantidad similar de créditos.
"Nos complace ver como instrumentos financieros novedosos, como el Fondo del Biocarbono, pueden facilitar la generación de una corriente de ingresos para las comunidades pobres, en forma de créditos de carbono”, afirma Kathy Sierra, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.
El proyecto de Ibi también recibe el apoyo del ministerio de medio ambiente y conservación de la naturaleza. Como la República Democrática del Congo ratificó el Protocolo de Kyoto en febrero de 2005, el gobierno ha venido esforzándose por cumplir con los compromisos del Protocolo respaldando proyectos que generarán créditos de carbono, especialmente proyectos de forestación y reforestación.
“El proyecto de Ibi demuestra las posibilidades que tiene el MDL de generar un desarrollo sostenible en la República Democrática del Congo”, expresa Vincent Kasulu, director de desarrollo sostenible del Ministerio de Medio Ambiente y Conservación de la Naturaleza. “También revela la importancia de asociar a los inversionistas privados para que prospere esta clase de iniciativas”.
El proyecto de Ibi está teniendo repercusiones en África según Thierry Mushiete, el director financiero del proyecto, quien afirma: “queremos compartir nuestra experiencia con otros para que se produzca una verdadera cascada de efectos indirectos”.
Teniendo esto en cuenta, se ha programado la realización en la estación de Ibi en noviembre de 2009 y con el respaldo del Fondo, de un evento de fortalecimiento de la capacidad técnica en materia de metodologías de seguimiento de los proyectos de carbono destinado a los encargados de la preparación de proyectos del Fondo del Biocarbono en países del África francófona. “Creo que es una oportunidad para que África diga: ‘Emprendamos un nuevo rumbo: el medio ambiente’”, expresa Mushiete. “Debemos entender las ventajas y los desafíos que debemos encarar para ser parte del nuevo mundo”.