28 de octubre de 2009 — La intensidad y cantidad de los daños provocados por desastres naturales aumentaron durante la pasada década en todo el mundo, afectando por igual tanto a los países desarrollados como a los en desarrollo. No obstante, los países emergentes fueron los más golpeados, sufriendo pérdidas del 7% de su producto interno bruto (PIB) sólo entre 1977 y 2001, según un documento coescrito por el experto del Banco Mundial, Eugene Gurenko.
Sólo el 3% de las pérdidas potenciales de los países en desarrollo están aseguradas, comparado con el 45% en países desarrollados. Por tal razón, estos desastres causan estragos en las finanzas públicas cuando los gobiernos deben cubrir los costos de las situaciones de emergencia y las acciones de ayuda, así como de las tareas de reconstrucción. No obstante, la mayoría de estas naciones no puede acceder a mercados internacionales de seguros y reaseguros para obtener cobertura contra tales pasivos contingentes.
“Primas de seguro elevadas y volátiles, contratos complejos y capacidad limitada de la industria aseguradora para absorber riesgos extremos bloquean el acceso de muchos países a los mercados internacionales de seguros,” dice Ivan Zelenko, jefe de instrumentos derivados y financiamiento estructurado de la Tesorería del Banco Mundial.
Aquellas naciones muy vulnerables a catástrofes naturales necesitaban iniciativas innovadoras para optimizar sus coberturas de riesgos y primas y mitigar el impacto en los presupuestos gubernamentales.
Poder de los mercados de capital para reconstrucción postcatástrofes
Con más de US$150.000 billones en activos, los mercados internacionales de capital cuentan con fondos y liquidez para absorber grandes riesgos y generar desembolsos oportunos. Para este fin se desarrollaron diversos instrumentos financieros —como los bonos de catástrofes— que permiten a los inversores diversificar sus activos y pagar tasas de interés mucho más altas para compensar el riesgo de que el emisor no reembolse el capital en caso de un desastre grave.
Sin embargo, muchos países propensos a sufrir estas calamidades no pueden acceder a estos sofisticados instrumentos financieros.
El Banco Mundial acaba de poner en marcha el Programa MultiCat, el cual permitirá a gobiernos y entidades públicas de estos países comprar seguros más baratos mediante bonos de catástrofes. Éstos brindarán acceso inmediato a dinero en efectivo para financiar operaciones de ayuda urgente después de un desastre natural, reduciendo la volatilidad en los presupuestos fiscales al tiempo que se evita la necesidad de crear reservas inútiles.
México, uno de los gobiernos con más experiencia en esta área, ya había emitido un bono de este tipo en 2006 para cubrirse contra el riesgo de terremotos. Sin embargo, el nuevo Programa MultiCat además permite a los gobiernos y entidades públicas tener acceso a los mercados de bonos de catástrofes a través de una iniciativa respaldada por el Banco.
La plataforma MultiCat es flexible y puede respaldar una variedad de estructuras, por ejemplo, la agrupación de riesgos múltiples (terremoto, huracán y lluvias) en diferentes regiones. Puede ayudar también a atraer nuevos inversores y de paso a aumentar la base de inversiones y reducir las primas de los seguros a lo largo del tiempo.
México, líder en soluciones innovadoras
El Banco trabajó en colaboración con México para el desarrollo del Programa MultiCat, mientras el Fondo mundial para la reducción de los desastres y la recuperación i (GFDRR, por sus siglas en inglés) -un fondo fiduciario de múltiples donantes–, financió el análisis del modelo de riesgo requerido para evaluar la probabilidad y severidad de sucesos catastróficos en el país. México realizó a comienzos de este mes la primera emisión por una suma de US$290 millones en el marco del Programa MultiCat.
“No se puede sobrevalorar el efecto ejemplificador de esta transacción para otros países de mercados emergentes”, dice Issam Abousleiman, jefe de productos bancarios de la Tesorería del Banco Mundial. “Preparó el camino para que otros países muy vulnerables gestionen su volatilidad fiscal transfiriendo los riesgos relacionados con fenómenos meteorológicos extremos a mercados de capital”.
Ampliación de financiamiento
Todos los bonos emitidos por la plataforma llevarán la marca MultiCat y utilizarán documentación y una estructura legal en común, actuando el Banco Mundial como gestor. De esta manera los países emisores se beneficiarán de la experiencia del Banco para identificar y agrupar riesgos, así como de su pericia en aunar esfuerzos en transacciones muy complejas y atraer a una amplia gama de inversores.
Este tipo de financiamiento de riesgos es un componente importante de la iniciativa estratégica para la gestión de riesgo de catástrofes que respalda el Grupo del Banco Mundial. Tradicionalmente, el trabajo en los países en desarrollo se limitaba a los préstamos para reconstrucción postcatástrofes. Ahora el Banco ofrece un conjunto de productos y servicios i que ayuda a los países a desarrollar iniciativas para gestionar el riesgo de conmociones externas, dado que cuando un país está en crisis, las respuestas tradicionales frente a los desastres pueden ser costosas, ineficientes y difíciles de manejar.
“Un enfoque integral para la gestión de riesgos de catástrofes implica evaluación, fortalecimiento de la capacidad institucional, inversiones en mitigación, preparación para la emergencia y financiamiento para tales riesgos”, dice Phillip Anderson, director interino de Actividades Bancarias y Gestión de la Deuda de la Tesorería del Banco.
“El Programa MultiCat es una adición importante a los productos y servicios ofrecidos por el Banco para apoyar a los países miembros a asumir su responsabilidad y planificar con antelación la gestión de los peligros de catástrofes naturales”.
Estos productos y servicios son más eficaces como parte de una estrategia más amplia de manejo de riesgos de catástrofes que incluye la acumulación de recursos dependiendo de la gravedad y frecuencia de los desastres naturales para países muy vulnerables. Por ejemplo, los gobiernos pueden cubrir pérdidas pequeñas y permanentes por medio de la creación de reservas nacionales y pueden usar financiamiento contingente para acceder al capital después de que ocurre una catástrofe. Las pérdidas más graves pero menos frecuentes pueden cubrirse con seguro y/o reaseguro y las catástrofes naturales más importantes se pueden transferir a los mercados de capital a través de certificados de garantía de seguro, tales como los bonos de catástrofe.