Distrito de Bo, 20 de noviembre de 2009— Antes de la apertura del Centro de Entrenamiento en Lenguaje de Señas de Bo de Sierra Leona los niños con dificultades de habla o audición de los vecindarios de la ciudad eran objeto de malos tratos e incomprensión por parte de los integrantes de la comunidad local.
“Algunos de ellos tienen problemas con la policía o cuando quieren viajar de un lugar a otro, pero no pueden hablar y no tiene sentido que utilicen el lenguaje de señas con personas que no lo comprenden”, dice Aminata Vandy, coordinadora de distrito de la Comisión Nacional de Acción Social (NaCSA, por sus siglas en inglés).
Los residentes de Bo, que contaban con la ayuda de fondos provenientes del Proyecto Nacional de Acción Social (NSAP, por sus siglas en inglés), decidieron que entre sus necesidades de desarrollo se incluía un centro de entrenamiento en lenguaje de señas. El NSAP es un programa gubernamental financiado por la Asociación Internacional de Fomento (AIF). Utilizando el enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad, solicitaron y recibieron financiamiento para construir un centro que les permitiera comunicarse mejor con los niños que sufren de dichos problemas.
“Hemos entrenado a 63 personas de todas las profesiones y condiciones sociales”, cuenta Vandy, cuya agencia administra el proyecto nacional. “Banqueros, abogados, enfermeras, policía de tránsito. Realizamos debates en la radio para hablar con la comunidad sobre el proyecto y decirles que no deben abandonar a su hijo o niño bajo su tutela debido a su discapacidad".
El objetivo del programa es garantizar que por lo menos algunos integrantes de la comunidad puedan comunicarse con los niños en caso de necesidad.
Se entrenó a 40 estudiantes y otros 113 habitantes del distrito
La NaCSA trajo un equipo de especialistas en lenguaje de señas desde Freetown, la capital de Sierra Leona, quienes dictaron clases semanales en el centro construido con ese propósito y, desde el inicio de las actividades, se han entrenado a más de 113 integrantes de la comunidad del distrito de Bo. A estas personas se les encomienda la tarea de transmitir sus conocimientos a otros miembros de sus organizaciones u oficinas.
La instalación, compuesta por dos habitaciones, se utiliza también como escuela para los niños con dificultades de habla y audición. Los estudiantes reciben clases diariamente con los mismos contenidos que las escuelas estatales comunes, pero por medio del lenguaje de señas.
“Dicto dos materias por día, matemática por la mañana e inglés por la tarde”, dice el maestro Abubakar Kamara. “Ya sea que elija enseñar educación física o composición en inglés y lectura por el método de las señas y otros estudios como estudios sociales, elaboré un método de señas y ahora puedo dictar todas y cada una de las asignaturas".
Además de las lecciones estándar, también se capacita a los estudiantes en las habilidades tradicionales como el tejido y la sastrería. La escuela comenzó con 16 estudiantes, ahora tiene 40 y otros cuantos que llegan casi a diario.
“Las personas traen a estos niños sordos o mudos, por lo menos día por medio para que reciban educación", dice Vandy.
Las clases se dictan cada día desde las 8.00 horas hasta las 16.00 horas y la escuela cuenta en la actualidad con varios graduados, entre ellos una joven costurera de Freetown, según Kamara.
Programa de alimentación escolar podría mejorar índices de retención
Si bien el financiamiento del Centro de Entrenamiento en Lenguaje de Señas de Bo finalizó con la construcción de la escuela y la capacitación de los integrantes de la comunidad, sus líderes señalan la necesidad de recursos adicionales para ampliar las instalaciones y proveer almuerzo a los niños, muchos de los cuales provienen de hogares pobres.
“Nos dicen que están buscando ayuda para construir más aulas e incluso un internado”, explica Vandy. “Algunos de los niños asistirán a la escuela durante un tiempo y luego se irán a mendigar a la ciudad. Si estuvieran en un internado, con comodidades y bien alimentados, no se irían”.
Los cuatro maestros que dictan clase en la actualidad son voluntarios, pero aspiran a recibir una remuneración. En Sierra Leona, las escuelas locales deben estar reconocidas por el Ministerio de Educación para que el gobierno pague los salarios de los profesores. El Banco Mundial está trabajando con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) para determinar si se puede iniciar un programa de alimentación escolar.
Contribución del Banco Mundial
El Banco Mundial está aportando US$28.000 al Centro de Entrenamiento en Lenguaje de Señas de Bo a través del NSAP de Sierra Leona. El proyecto, administrado por NaCSA, adopta un enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad e incluye dos componentes principales: la comunidad y un programa de dinero por trabajo.
El NSAP cuenta con el respaldo de la AIF y aprovecha el financiamiento del gobierno de Sierra Leona a nivel nacional y las contribuciones comunitarias equivalentes para cada uno de los cientos de subproyectos que financia en todo el país. Este proyecto fue además el más grande de la NaCSA, un organismo gubernamental que recibe apoyo de otros donantes, entre ellos el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el gobierno de Alemania representado por el Banco de Crédito para la Reconstrucción (KFW, por sus siglas en alemán).