25 de mayo de 2010. Los comerciantes de carbono se enfrentan a un futuro incierto y a precios más bajos mientras el nuevo acuerdo mundial sobre cambio climático sigue pendiente y se abre esta semana la muestra Carbon Expo 2010 en Colonia, Alemania.
Sin embargo, los países de África al sur del Sahara creen con optimismo que preservar y vigorizar sus bosques, entre otros esfuerzos a favor del clima, les redituará algún día ingresos y otros beneficios ambientales y de calidad de vida.
En las sierras al sur del monte Kenya, por ejemplo, un proyecto de plantado de árboles en pequeña escala operado por el Movimiento Cinturón Verde está ayudando a los habitantes del lugar a aumentar su provisión de alimentos, desarrollar destrezas y generar ingresos mientras reponen los bosques perdidos a lo largo del tiempo por la tala ilegal.
En el marco de un acuerdo de 2006 con el Fondo del Biocarbono del Banco Mundial, el proyecto pudo vender eventualmente unas 375.000 toneladas de reducción de emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) antes de 2017, con la posibilidad de vender unas 150.000 toneladas adicionales.
Sin embargo, esta cantidad no es grande en el mundo del financiamiento del carbono. La base de 375.000 toneladas de CO2e equivale aproximadamente a las emisiones de 68.181 automóviles en Estados Unidos durante un año, usando las estimaciones de 2004 para un vehículo medio (alrededor de 5,5 toneladas métricas de CO2e) de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Pero el esfuerzo es una prueba importante para saber si los proyectos de mayor escala darían una mayor compensación financiera mientras promueven el crecimiento con bajas emisiones de carbono, dicen expertos del Banco Mundial.
“Los desafíos que plantea el uso de la tierra en África son muy grandes. Debemos pensar en el financiamiento del carbono como algo más que un experimento y comenzar a usar los instrumentos del carbono como un recurso confiable para África, mirando de cerca la mejor forma de colaborar con los asociados para que el financiamiento en esta área se convierta en una herramienta de transformación para la región”, dice Inger Andersen, director de Desarrollo Sostenible del Banco para África.
Acabar con la tala
La experiencia de Kenya es una de las tantas que prueban en África la capacidad de los grupos locales de cumplir con las normas que rigen los proyectos de venta de compensaciones de las emisiones de carbono en el marco del protocolo de Kyoto del actual régimen de cambio climático.
La deforestación está aumentando en ese país, como en toda África. Sólo el 2% de Kenya está cubierto de bosques, según el Movimiento Cinturón Verde dirigido por la profesora Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz 2004. Sin embargo, el mantenimiento y recuperación de los bosques es la principal manera que tiene esta región para poder contribuir en la mitigación del cambio climático y participar en el mercado del carbono.