27 de julio de 2010 – Las gestiones para rehabilitar los centros antiguos de las ciudades de Oriente Medio y Norte de África están ayudando a preservar la identidad cultural y, en algunos casos, a incrementar los ingresos provenientes del turismo.
Ésta es la conclusión de un trabajo del Banco Mundial sobre la restauración de las medinas, los núcleos históricos de las ciudades concebidos para los peatones que datan de épocas medievales o anteriores.
The Urban Rehabilitation of Medinas (La rehabilitación urbana de las medinas) señala que la preservación de estos bienes culturales “fortaleció las economías nacionales y locales, proporcionó incentivos para la creación de empleo y mejoró el ámbito urbano y la calidad de los espacios públicos”.
Por ejemplo, Marrakech, con sus hoteles boutique, sus mercados coloridos y angostos pasadizos, es un “fenómeno turístico” que atrae a grandes cantidades de visitantes nacionales e internacionales y simboliza el encanto de Marruecos, asegura el informe redactado por el especialista superior en Urbanismo Anthony G. Bigio y el profesional auxiliar Guido Licciardi, del Banco Mundial.
La revitalización de estos lugares que albergan el patrimonio cultural puede aumentar el valor de las propiedades y la recaudación fiscal, colaborando de este modo con las comunidades en el financiamiento de los servicios públicos.
“A medida que los países se modernicen y transformen, las ciudades históricas podrán proveer un elemento crucial de continuidad y estabilidad: el legado del pasado puede apoyar el desarrollo hacia el futuro”, según la publicación.
Estrategia preserva bienes culturales
El Banco Mundial proporcionó US$4.000 millones para financiar 241 proyectos que involucran el patrimonio cultural desde la década de 1970. En la actualidad, unos US$2.000 millones están comprometidos para alrededor de 117 de estos proyectos, que incluyen varios situados en la Región de Oriente Medio y Norte de África (MENA, por sus siglas en inglés).
La institución participó activamente en la reparación de lugares que albergan el patrimonio cultural en MENA a partir de inicios de la década de 1980. En 2001, esta región fue la primera en generar una estrategia para la preservación cultural.
En el trabajo Cultural Heritage and Development: A Framework for Action in the Middle East and North Africa (Patrimonio cultural y desarrollo: Un marco para la acción en Oriente Medio y Norte de África) se explica en qué aspectos el patrimonio cultural fue relevante para el desarrollo económico, importante para la comunidad y las identidades nacionales y un medio para canalizar las oportunidades de desarrollo social. Asimismo, la estrategia reconoció el significado especial de las ciudades históricas como depositarias esenciales de la historia, la tradición y el pasado de la región.
Hoy en día, la mayoría de los proyectos y tareas de asesoramiento buscan lograr tres objetivos con la rehabilitación de las medinas:
- Garantizar la conservación de los bienes clave que constituyen el patrimonio cultural;
- Impulsar el desarrollo económico local, y
- Ocuparse de las necesidades básicas de los residentes, que a menudo son pobres.
“La inversión en el patrimonio cultural de las comunidades pobres y marginales puede originar cambios profundos en la energía y confianza en sí mismas”, dice Anna Bjerde, directora sectorial de la Unidad de Desarrollo Social y Urbano de la Oficina Regional para Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial. “Estas transformaciones ofrecen toda clase de oportunidades para que las personas encuentren su camino y mejoren sus medios de subsistencia”.
Medinas, entre los asentamientos más pobres
Si bien las medinas se encuentran en el corazón de la civilización árabe, durante los últimos 50 años experimentaron un rápido deterioro físico y social a raíz de la emigración de la población original y el acelerado crecimiento urbano. Las familias más ricas se trasladaron a las afueras de las ciudades y fueron reemplazadas por otras que buscaban alojamientos más económicos.
Actualmente, éstas se encuentran entre los asentamientos urbanos más pobres. A medida que los gobiernos concentran sus esfuerzos en la gestión del crecimiento urbano, las medinas quedan relegadas en términos de acceso a los servicios e infraestructura básica. La naturaleza de su trazado, que en general impide el tránsito vehicular, se considera como un impedimento para la prestación de servicios.
Uno de los principales objetivos de su rehabilitación es mejorar las condiciones habitacionales, el acceso a la infraestructura básica y los servicios públicos y la creación de empleos para reducir la pobreza y el aislamiento social, señala el informe del Banco mencionado anteriormente.
La estrategia debería involucrar a los sectores público, privado y sin fines de lucro. Los gobiernos pueden ratificar la importancia de la rehabilitación de las medinas, proporcionando servicios de gestión urbana y garantizando la protección legal de los edificios y monumentos históricos clave.
Se puede recurrir al sector privado para invertir en el mercado de bienes raíces y las actividades económicas de estos espacios urbanos, mientras que las asociaciones comunitarias creadas en torno a intereses sociales o culturales pueden proveer capital social y ejercer presión política para las iniciativas que favorezcan la restauración de los mismos, señala el informe.
Ampliación de los ingresos locales
El Banco persigue múltiples objetivos con la reparación de las medinas, entre ellos la conservación de los bienes culturales clave, el desarrollo económico local y la atención de las necesidades de los residentes.
Respecto del desarrollo económico local, el turismo cultural es el segmento de mercado más promisorio para estos lugares, si bien no todas las medinas son capaces de incursionar en él.Los gobiernos deberían considerar detenidamente cuáles son las que cuentan con las características necesarias para convertirse en un destino de turismo cultural, advierte el informe del Banco.
Hace poco, la institución desarrolló un índice i para analizar y categorizar a las medinas sobre la base de su capacidad para armonizar la rehabilitación urbana y el desarrollo turístico como un medio de crecimiento económico.