12 de agosto de 2010— A medida que el mundo se prepara para celebrar hoy el Día Internacional de la Juventud con una ceremonia en la sede de las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que el desempleo juvenil ha alcanzado una nueva cifra récord, que sigue subiendo y advierte del “riesgo de una ‘generación perdida’ comprendida por jóvenes que han salido del mercado laboral y han perdido toda esperanza de ser capaces de trabajar por una vida decente”.
De acuerdo a un nuevo informe de la OIT dado a conocer hoy, de los alrededor de 620 millones de jóvenes económicamente activos entre 15 y 24 años a nivel mundial, alrededor de 81 millones estaban desempleados a fines de 2009, el número más alto en dos décadas de registros de la organización. La tasa global de desempleo juvenil aumentó de 11,9% en 2007 a 13% en 2009.
El sombrío anuncio pesará con fuerza en las mentes de los líderes jóvenes, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y otros líderes que se están reuniendo en las Naciones Unidas esta mañana para lanzar el Año Internacional de la Juventud cuyo tema es “Diálogo y comprensión mutua”.
“El evento es una oportunidad de la comunidad internacional y del sistema de las Naciones Unidas para demostrar su compromiso con la gente joven”, de acuerdo a un comunicado de 27 directores (pdf) de entidades de la ONU, incluido el Banco Mundial.
Como lo demuestra el informe de la OIT, los jóvenes de hoy en día necesitan toda la ayuda que el mundo pueda reunir para ayudarlos a conseguir su primer trabajo o a mantener el que tienen. Pero ellos también enfrentan otros impedimentos para llevar una vida mejor. Ahora que el mundo es el hogar del mayor número de gente joven en la historia, un nuevo informe del Banco Mundial acerca de invertir en la juventud describirá más tarde este mes el verdadero costo para las familias y el crecimiento económico de los países de dejar a los jóvenes luchar por su propia cuenta contra el VIH/SIDA y otras enfermedades; la violencia; el desempleo; la desigualdad; y una pérdida de fe en su habilidad de unirse a la fuerza laboral, adquirir nuevas capacidades para aumentar sus salarios y su nivel de vida, crear una familia y convertirse en orgullosos ciudadanos en sus comunidades.
Es “vital” invertir en la juventud
En la prolongada secuela de la crisis económica, invertir en la juventud es vital. En el ejercicio de 2010, el Banco invirtió US$2.300 millones para ayudar a los jóvenes con educación, salud y programas laborales, un récord en financiamiento que trazará el rumbo del continuo y fuerte compromiso del Banco con este grupo de la población.
En dicho período, la institución entregó préstamos y donaciones a 37 países para inversiones que ayudan específicamente a jóvenes que tienen entre 15 y 24 años. En los últimos 10 años, el Banco ha invertido más de US$9.500 millones en desarrollo juvenil; las inversiones del Banco en la juventud son hoy en día 15 veces más altas que en el año 2000. Una década de trabajo ha triplicado también el número de proyectos: de 18 en el ejercicio de 2000 a 51 en el ejercicio de 2010 (Gráfico 1). Este otorgamiento de préstamos refleja un crecimiento constante de la demanda en inversiones para la juventud por parte de los países.
Estas inversiones del Banco Mundial han cubierto todo el planeta. En Kenya, un proyecto de US$60 millones, financiado por el Banco, está aumentando el acceso a programas temporales de empleo orientados a la juventud y a mejorar la capacidad de los jóvenes de obtener y mantener un trabajo. En otro hemisferio, un préstamo de US$700 millones está mejorando la eficiencia interna de la educación secundaria superior en México y su capacidad de respuesta al mercado laboral. Y, en otra esquina del globo, el Banco está financiando un proyecto de casi US$1 millón para desarrollar la siguiente generación de la fuerza de trabajo minera e hidroeléctrica de la República Democrática Popular Lao. Al otro lado de la frontera, en Viet Nam, US$30 millones están destinados a crear trabajos y dar capacitación en habilidades para jóvenes aldeanos y adultos jóvenes.
El apoyo a los jóvenes significa estabilidad
Estos países son sólo unos pocos de aquéllos que han elegido invertir en la juventud. Como lo va a demostrar el próximo informe del Banco Mundial, “invertir en la juventud es economía inteligente”. Por ejemplo, las naciones que producen trabajadores capacitados, saludables y productivos tienen más probabilidades de alcanzar la prosperidad global, la estabilidad política y el amplio bienestar social.
Como las capacidades y las cualidades que se construyen durante la infancia y la juventud determinan en gran medida sus vidas adultas, las inversiones eficaces en jóvenes proporcionan retornos importantes, no sólo en las personas mismas y sus familias inmediatas, sino que en la sociedad como un todo.
“O no hacemos nada —y nos arriesgamos a enajenar a la juventud de la corriente dominante y le infundimos un legado de desconfianza y desesperanza—o invertimos en la mayor fuente de potencial humano que el mundo ha tenido jamás, y cosechamos los beneficios de esa inversión a través de un mayor crecimiento y bienestar social para las generaciones que vienen”, señala la doctora Wendy Cunningham, economista principal y directora del Programa para los Niños y la Juventud del Banco Mundial.
La cartera de financiamiento del Banco refleja un compromiso con la inversión en la juventud: sólo en América Latina y Asia meridional, la institución otorgó más de US$550 millones en los ejercicios 2009 y 2010, lo que comprende alrededor de 60% de los préstamos totales del Banco (Gráfico 2). De manera similar, diferentes sectores del Banco —encabezados por educación, incluido protección social; agricultura y desarrollo rural; salud, nutrición y población; desarrollo urbano; política económica; energía y minería; medio ambiente; administración financiera; gestión del sector público; y desarrollo social— están cada vez más apostando por el potencial de la juventud mundial.