Muchos establecimientos de educación para la primera infancia trabajan conjuntamente con centros sanitarios para prestar servicios profesionales de salud a los niños y sus padres. “Esta integración ha logrado reducir el número de casos de desnutrición”, asegura Ujam[w1] , jefe de la Oficina de Salud de Sukabumi.
En Indonesia, la educación en la primera infancia adopta diversas formas. Puede tratarse de una guardería, un grupo de juego, un establecimiento de educación infantil temprana integrado con un centro de salud, un programa para familias con niños menores de 5 años, un centro de aprendizaje del Corán, o un jardín infantil islámico, que atiende a diferentes grupos etarios.
En la actualidad, la mayor parte de los centros de educación para la primera infancia trabajan de manera individual. Por ejemplo, los jardines infantiles no están integrados con dispensarios. Durante el diálogo nacional sobre la enseñanza en la primera infancia en enero de 2012, el Gobierno se comprometió a desarrollar servicios integrados para este grupo. Según la profesora Anna Alisjahbana, una experta nacional que fue pionera en la creación del grupo de juego en el puesto de salud en el año 2000, “los dispensarios tienen como objetivo reducir la brecha del desarrollo del niño en términos de salud y desarrollo psicosocial. En el futuro, se espera que las necesidades de los niños de 0 a 6 años sean satisfechas en un solo lugar, o en una serie de diversos lugares, pero integrados”. La Dirección de Educación en la Primera Infancia del Ministerio de Educación y Cultura, creada en 2001, espera que el programa llegue al 75% de los niños de Indonesia para 2015.
Desafíos: Acceso, calidad y percepción pública
El Gobierno continúa haciendo esfuerzos para proporcionar educación en la primera infancia a los niños de familias pobres. En la actualidad hay 32,4 millones de menores de 0 a 6 años en Indonesia, pero menos de la mitad ha recibido este tipo de formación. La mayoría de ellos son niños que tienen menos de 3 años que viven en zonas rurales. El desafío para el Gobierno es garantizar que también estos menores reciban servicios adecuados.
El proyecto original de la iniciativa Educación en la Primera Infancia para 2025 lanzada en 2011 por el Ministerio de Educación y Cultura menciona la baja calidad y competencia de los maestros. Más del 60% son graduados de escuelas secundarias o solo tienen un título universitario de dos años. Para mejorar la calidad de los docentes, el Gobierno planea otorgar becas, capacitación y pasantías, lo que requerirá una cantidad significativa de fondos.
Sin embargo, muchos indonesios no entienden la importancia de la educación en la primera infancia. Todavía se considera que esta se limita a jugar y cantar, aunque muchos padres esperan que sus hijos adquieran conocimientos académicos con bastante rapidez. Los progenitores quieren que sus hijos puedan contar, leer y escribir, con el fin de aprobar los exámenes de la escuela primaria. Esta es la razón por la que matriculan a sus hijos en jardines infantiles cuando están por cumplir 5 años. No obstante, de los 3 a los 6 años, el juego es la manera más eficaz para estimular el lenguaje, la comunicación y las habilidades motoras de un niño.
Programa de Desarrollo y Educación en la Primera Infancia
Una de las iniciativas gubernamentales es el Programa de Desarrollo y Educación en la Primera Infancia, el cual ha proporcionado enseñanza para familias pobres desde 2006, con el apoyo del Banco Mundial y el Reino de los Países Bajos. Se espera beneficiar a unos 738.000 niños en 3.000 aldeas de 50 distritos para 2013.
El programa se basa en el concepto de desarrollo impulsado por la comunidad para inculcar el protagonismo comunitario y ayudar a asegurar su sostenibilidad. Con este fin, desde el comienzo se pidió el compromiso del gobierno local. La participación de la comunidad es muy alta, ya que esta decide, por ejemplo, quiénes recibirán formación para convertirse en maestros. En la actualidad, unos 12.000 docentes han sido capacitados para mejorar la calidad de la enseñanza en la primera infancia. El programa también ha ayudado a desarrollar un estándar nacional para esta educación, que se utiliza como referencia en las instituciones educativas.
Además proporciona controles médicos, vitaminas y conocimientos sobre las prácticas relacionadas con una vida sana y los valores familiares. El programa sigue promoviendo el papel fundamental que desempeñan los padres, la comunidad y los gobiernos locales en el desarrollo infantil. También hace hincapié en la importancia de la promoción de servicios para las familias con hijos menores de 3 años.