Hacia una ciudad segura
En las últimas décadas, el acelerado proceso de urbanización que se ha experimentado en Ecuador ha hecho que dos de cada tres personas vivan en áreas urbanas. Según datos de la CEPAL, entre el 2000 y 2010, el crecimiento registrado en las ciudades ecuatorianas ha sido de un 2.4% anual comparado con 1.7% promedio para el resto de América Latina. Esta realidad obliga a los planificadores nacionales y municipales, así como organizaciones públicas y privadas, a trabajar en la construcción de ciudades seguras e inclusivas en el país.
Una ciudad segura no se construye de la noche a la mañana, por lo que es indispensable contar con el compromiso de todos sus ciudadanos. En este sentido, se deben considerar diversos factores como el diseño de espacios urbanos que favorezcan la integración social de forma inclusiva, por ejemplo, parques, y espacios deportivos y comunitarios entre otros. Además, es muy importante considerar, durante el proceso de planificación urbana, estrategias para prevención del crimen y creación de proyectos que permitan el desarrollo de la comunidad en temas de seguridad de forma integral.
Desde el 2009, el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito ha venido implementando, con el apoyo del Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa para la Reducción de Riesgos Urbanos. Este programa cuenta con financiamiento del Fondo Mundial para la Reducción y la Recuperación de los Desastres (GFDRR por sus siglas en inglés), y su objetivo principal es promover el desarrollo de una cultura de prevención en la cual se incorpore el concepto de seguridad, utilizando una perspectiva holística de la prevención y de la reducción del riesgo urbano, abarcando también los riesgos naturales y tecnológicos, la violencia y los temas de seguridad vial en los que tiene competencia.
Ricardo Peñaherrera, Coordinador del Programa para la Reducción de Riesgos Urbanos, comenta que el proyecto ha logrado que desde el Municipio se visualice la gestión de riesgos como una gestión de procesos que permite trabajar en la prevención de riesgos futuros, en la gestión correctiva – reducir las vulnerabilidades existentes-, y la gestión reactiva que es prepararse y responder de una manera efectiva y eficiente.
Sin embargo, los resultados van mucho más allá, en la parte comunitaria a través de dos proyectos pilotos se ha promovido la participación de la comunidad en el diseño de espacios de recreación seguros. Según César Lescano, Presidente Barrio Santa María en Cotocollao, Quito, el Proyecto ha motivado el trabajo en equipo y la regeneración de los espacios públicos, beneficiando directamente a la comunidad en cuanto se pueden utilizar los parques, juegos infantiles, canchas de deporte en el día y la noche, para actividades que permiten el sano esparcimiento y la integración.