Llueve torrencialmente en Raúl A. Oviedo, una comunidad rural a unos 250 km de Asunción. Luis Espínola un agricultor dedicado al cultivo de mandioca, recoge toda su producción y la resguarda en la pequeña galería improvisada bajo techo de paja.
Tenía previsto llevar su cosecha a un centro de acopio en la ciudad de Campo 9, pero no podrá hacerlo hasta dentro de 4 o 5 días cuando las condiciones del camino mejoren y pueda recorrer los 80 km de camino de tierra hasta la ciudad.
La agricultura representa 21% de la actividad económica del país y es uno de los sectores más vulnerables a las dificultades de conectividad del Paraguay, donde alrededor del 90% de los 60.000 km de rutas interurbanas, son de tierra.
“No veo la hora en que este camino se pueda empedrar” dice Espínola, y agrega “a veces se pierden los productos, no aguantan mucho tiempo almacenados y el trabajo de meses se pierde”.
Poco a poco, el deseo de Espínola se hará realidad gracias al programa "Ñamopora Ñanderapé” que construirá drenajes, puentes y mejorará la superficie de 142 km caminos de tierra. Tanto él como otros agricultores ya no dependerán de las condiciones del camino para que sus productos lleguen al mercado.