Cada año, alrededor de 15 millones de niños nacen de madres adolescentes en el mundo. Alrededor de un 15% de esos nacimientos ocurren en Latinoamérica, región que presenta una de las tasas de fertilidad en adolescentes más altas del mundo, superada únicamente por los índices del África Subsahariana y el Sur de Asia.
Esto tiene un impacto en los esfuerzos para reducir la pobreza en Latinoamérica, pues muchas madres jóvenes se ven en la necesidad de abandonar la escuela y ven reducidas sus oportunidades económicas, lo que aumenta sus probabilidades de vivir en pobreza. Así, la reducción del embarazo adolescente es una acción prioritaria.
Con el objetivo de fomentar un diálogo entre los países, el Gobierno de El Salvador, el Banco Mundial, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Real Embajada de Noruega organizaron un seminario-taller en San Salvador (22 y 23 de agosto), para compartir información sobre estrategias en la región para promover salud sexual y reproductiva entre los adolescentes, así como iniciativas para la prevención de la mortalidad materna, la reducción del embarazo adolescente y la gestión de la salud materno-infantil.
Javier Vásquez, experto de OPS, refirió que la salud sexual y reproductiva de los adolescentes y jóvenes está relacionada directamente con la capacidad que tengan para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. Señaló que las violaciones de los derechos tienen un efecto negativo en la salud sexual y reproductiva de los adolescentes y que políticas y legislaciones consistentes para la promoción de la salud sexual y reproductiva pueden facilitar el ejercicio de los derechos.
Durante el seminario-taller también fueron presentados los hallazgos de un estudio sobre derechos y salud sexual y reproductiva de la juventud en El Salvador. De acuerdo con el estudio, la frecuencia de embarazo en la población de adolescentes salvadoreños es 66% menor entre quienes conocen sus derechos reproductivos, en comparación con quienes no los conocen.