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ARTÍCULO

Pakistán: Programa de protección social basado en tecnología cambia vida de los más pobres

Octubre 22, 2012


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Con una tarjeta de débito Benazir en la mano una beneficiaria cuenta cómo el programa ha ayudado a su familia.

Muzammil Pasha/World Bank

TITULARES
  • Programa Benazir de Apoyo al Ingreso entrega dinero en efectivo a 4 millones de familias.
  • Donaciones se dan a las madres y nuevas tarjetas de débito ayudan a asegurar que los recursos lleguen a los destinatarios esperados.
  • "Antes no había nada para comer, ni siquiera agua de calidad para beber", dice una beneficiaria.

Hyderabad, Pakistán - Kiran Iram de 5 años regresa saltando a su hogar, una deteriorada choza de ladrillo en el borde de una zona agrícola. Se siente bien y ya no se marea.

“Antes no había nada para alimentarnos, solo té algunos días”, explica Kiran, torciendo tímidamente un adorno en su pelo llamado paranda que rebota en su pequeña trenza. “Ahora la tarjeta azul y verde ayuda a mi familia a comer bien”, dice, señalando una tarjeta de débito de plástico en la mano de su madre, proporcionada por el Programa Benazir de Apoyo al Ingreso (BISP, por sus siglas en inglés).

La familia de Kiran es una de las casi 90.498 familias de la zona de Hyderabad que podrán participar en el programa nacional de redes de protección. El BISP tiene más de 6 millones de hogares elegibles en Pakistán, entre los cuales más de 4 millones de los grupos familiares más pobres reciben donaciones en efectivo que se pagan mensualmente a las madres.

Creada después de la crisis financiera, de los alimentos y los combustibles de 2008, esta iniciativa ha estado entregando a las familias 1.000 rupias (unos US$10) para ayudarlas a financiar necesidades básicas como alimentos, ropa y medicamentos. El respaldo inicial del Banco Mundial al BISP fue de US$60 millones en 2009 a través del Proyecto de Asistencia Técnica para las Redes de Protección Social. El Directorio de la institución aprobó un financiamiento adicional de US$150 millones en 2012 para colaborar en la ampliación de la cobertura del programa y proporcionar beneficios adicionales a estas familias, relacionados con el envío de sus hijos a la escuela primaria.


" Las tarjetas de débito son una mejor manera de asegurar que todo el dinero llegue de modo eficiente y transparente a quienes lo necesitan "

Abdul Majeed Soomro

Director del Programa Benazir de Apoyo al Ingreso, Hyderabad

Tarjetas de débito aseguran el pago completo

Recientemente, después de una exitosa fase de prueba, el BISP ha iniciado a nivel nacional el pago a través de tarjetas de débito a las familias elegibles. Las tarjetas pueden ser utilizadas en cualquier cajero automático o en la red de agentes asociados al banco para cobrar el pago de los beneficios.

Este nuevo mecanismo, denominado “Tarjetas de Débito Benazir”, garantiza que las familias reciban sus pagos completos. En el pasado, los beneficiarios obtenían sus pagos en efectivo a través de giros postales del Correo de Pakistán. Sin embargo, muchos de ellos tenían problemas para recibir la cantidad completa ya que algunos carteros exigían sobornos o propinas por la entrega de los giros, dice Abdul Majeed Soomro, director del BISP de Hyderabad.

“Hemos escuchado casos en que los carteros exigían pagos parciales, por lo que las tarjetas de débito son una mejor manera de asegurar que todo el dinero llegue de modo eficiente y transparente a quienes lo necesitan”, señala Soomro.

En uno de los cuatro centros establecidos en Hyderabad para emitir las tarjetas, Singhar Bibi, de 52 años, dice que se vio obligada a dar a su cartero 1.000 rupias de su primer pago de 9.000 rupias en el marco del BISP. Pero no podía permitirse el lujo de perder ningún ingreso porque tiene seis hijos, su esposo es ciego y no puede trabajar, y ella gana poco lavando ropa y haciendo trabajos eventuales, explica. “Mis amigos me dijeron que obtuviera esta tarjeta”, agrega Bibi, “de modo que ahora ya no hay más trampas”.

De vuelta en la pequeña aldea de Kiran, la vecina Bhari Noor, de 54 años, señala un agujero enorme en el techo de paja de su choza. Algunos colchones delgados se apilan en el rincón opuesto, pero el resto de la habitación está vacío. Aquí viven dos familias con 11 niños.

Otra aldeana que está cerca señala su ojo derecho y explica que gracias al BISP pudo  pagar su operación de cataratas.

“Por la noche, dormimos afuera cuando podemos pero si llueve es un problema”, dice Bhari, estrechando entre sus brazos a su nieta, que comienza a llorar en silencio. “La pone triste que seamos tan pobres”, explica.

Solo gracias a las tarjetas de débito Benazir, Bhari y su nuera Sakina tienen ahora la posibilidad de comprar alimentos la mayor parte de los días. “Antes, no había nada para comer, ni siquiera agua de calidad para beber”, dice Sakina, cuyo marido lucha casi todos los días para encontrar trabajo como peón agrícola.


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