Hyderabad, Pakistán - Kiran Iram de 5 años regresa saltando a su hogar, una deteriorada choza de ladrillo en el borde de una zona agrícola. Se siente bien y ya no se marea.
“Antes no había nada para alimentarnos, solo té algunos días”, explica Kiran, torciendo tímidamente un adorno en su pelo llamado paranda que rebota en su pequeña trenza. “Ahora la tarjeta azul y verde ayuda a mi familia a comer bien”, dice, señalando una tarjeta de débito de plástico en la mano de su madre, proporcionada por el Programa Benazir de Apoyo al Ingreso (BISP, por sus siglas en inglés).
La familia de Kiran es una de las casi 90.498 familias de la zona de Hyderabad que podrán participar en el programa nacional de redes de protección. El BISP tiene más de 6 millones de hogares elegibles en Pakistán, entre los cuales más de 4 millones de los grupos familiares más pobres reciben donaciones en efectivo que se pagan mensualmente a las madres.
Creada después de la crisis financiera, de los alimentos y los combustibles de 2008, esta iniciativa ha estado entregando a las familias 1.000 rupias (unos US$10) para ayudarlas a financiar necesidades básicas como alimentos, ropa y medicamentos. El respaldo inicial del Banco Mundial al BISP fue de US$60 millones en 2009 a través del Proyecto de Asistencia Técnica para las Redes de Protección Social. El Directorio de la institución aprobó un financiamiento adicional de US$150 millones en 2012 para colaborar en la ampliación de la cobertura del programa y proporcionar beneficios adicionales a estas familias, relacionados con el envío de sus hijos a la escuela primaria.