"La juventud necesita líderes honestos y buenos ejemplos". Con esta frase David Riveros, un activista paraguayo de 21 años, se dirige a jóvenes estudiantes en su país, que ocupó en 2011 el lugar 154 en el Indice de Percepción de Corrupción que publica anualmente Transparencia Internacional.
Riveros forma parte de Transparency Talks, uno de los 15 proyectos de jóvenes que combaten la corrupción, que el Banco Mundial y el British Council apoyan a través de donaciones de US$3.000.
Lo que hizo Riveros en Paraguay fue adaptar el manual anticorrupción del Banco Mundial y distribuirlo a los estudiantes en tres ciudades vía CD. A través de este proyecto, lanzado en enero, los estudiantes pueden identificar casos de corrupción y aprender cómo tomar medidas para combatirlos.
"Escogimos un CD-Room porque hay relativamente pocas conexiones de Internet en las escuelas paraguayas", explicó Rivera, quien añadió que en su escuela, los estudiantes denunciaron a un director corrupto que eventualmente fue removido del cargo. "Este es uno de los resultados más asombrosos hasta ahora", afirmó.
Riveros fue uno de los 250 participantes del tercer Foro Global de Jóvenes Anticorrupción que se celebró la semana pasada en Brasilia. Este evento resaltó la importancia del papel de la juventud en el combate global de la corrupción, que se ha transformado en un movimiento cada vez más creativo, motivado y conectado.
En países tan diversos como Filipinas, Paraguay y Egipto, lo jóvenes están utilizando sus habilidades digitales para informar y servir de inspiración. Sus acciones van desde monitorear la calidad de los servicios públicos con herramientas interactivas, hasta publicar los datos oficiales disponibles en Internet y movilizar a sus compañeros a través de mensajes en redes sociales como Facebook y Twitter.
"Las juventud se siente muy cómoda usando las redes sociales para concientizar, conectarse con el resto del mundo e intercambiar ideas", comentó Boris Weber, especialista senior en gobernanza del Banco Mundial.