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ARTÍCULO

Empoderamiento de la comunidad: Clave para cambiar el curso del VIH en India

Noviembre 28, 2012


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TITULARES
  • India ha evitado por lo menos 3 millones de infecciones de VIH mediante el empoderamiento de los grupos de alto riesgo.
  • Tales grupos, incluidos los trabajadores sexuales, dan asesoría, atención, apoyo y tratamiento a sus pares.
  • Programas contra el VIH específicos son eficaces en función del costo y contribuyen a reducir la prevalencia.

 

28 de noviembre de 2012 – El trabajador sexual Akram Pasha recuerda cuando su ciudad natal de Mysore en India —un idílico centro turístico meridional conocido por el palacio de un maharajá y muchas universidades— se encontraba al borde de una explosiva epidemia.

En 2004, una nueva organización comunitaria de la ciudad, llamada Ashodaya Samithi, realizó la primera encuesta de trabajadores sexuales locales y encontró una prevalencia del VIH del 25%.

“Nos sorprendió”, dice Pasha, quien ahora se desempeña como director de la Academia Ashodaya, que capacita a los trabajadores sexuales en prevención del VIH, liderazgo y movilización de la comunidad. “Pudo haber sido cualquiera de nosotros. Sabíamos que teníamos que hacer algo para proteger a ese 25% y evitar que se infectara el 75% restante”.

En ese momento, no existían en Mysore programas de prevención del virus, y solo había un centro de diagnóstico e información en el hospital municipal. Los servicios simplemente no estaban llegando a quienes más los necesitaban.

“No había profilácticos”, señala la Dra. Sushena Reza-Paul, profesora adjunta de Salud Pública de la Universidad de Manitoba, que ayudó a iniciar la organización Ashodaya Samithi. “Recuerdo que caminaba varios kilómetros para encontrar una farmacia que tuviera un puñado de preservativos, y todos estaban vencidos”.

‘Por la comunidad’

Hoy en día, India ha evitado al menos 3 millones de infecciones por VIH (i) en gran parte mediante el empoderamiento de las poblaciones clave de mayor riesgo —trabajadores sexuales, hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas intravenosas y migrantes— para que tomen el control de la epidemia ofreciendo orientación, atención, respaldo y tratamiento a sus pares, y defendiendo sus propias necesidades. Algunos de estos programas capacitan además para otras actividades generadoras de ingresos, como la costura, con el objetivo de reducir la exposición al VIH.

Ashodaya Samithi es un ejemplo de este enfoque de participación comunitaria, que se amplió significativamente —con la ayuda de organizaciones locales y no gubernamentales— durante la tercera fase del Programa Nacional de Control del Sida de India (NACP III, por sus siglas en inglés), de 2007 a 2012. El Banco Mundial ha trabajado en estrecha colaboración con el Gobierno de este país para desarrollar una respuesta nacional al VIH y el sida, que haga hincapié en las intervenciones dirigidas a quienes están en mayor peligro.

Conducida por sus más de 8.000 miembros –incluidos trabajadores sexuales femeninos, masculinos y transexuales-, la organización Ashodaya Samithi ha cumplido un papel fundamental en la reversión de la epidemia en el estado meridional de Karnataka, uno de los cuatro estados de alta prevalencia que representan el 55% de todas las infecciones por VIH en India. Los integrantes de Ashodaya Samithi promueven el uso de profilácticos, ofrecen orientación y pruebas de VIH, conectan a trabajadores sexuales VIH positivos con centros de terapia antirretroviral para que puedan recibir tratamiento, y trabajan como voluntarios en hospitales para garantizar que sus compañeros reciban servicios adecuados y no sean discriminados.

Para ampliar sus servicios, el grupo ha adoptado un enfoque empresarial social: tiene un restaurante (i) local, financiado al principio con una donación de la Feria del Desarrollo del Banco Mundial, así como apartamentos con servicios. Las ganancias se destinan a apoyar un hogar de atención comunitaria para los trabajadores sexuales VIH positivos.

El ataque a la epidemia en todos los frentes ha dado sus frutos. Una encuesta realizada en 2009 (la última disponible) determinó que la prevalencia del VIH entre todos los trabajadores sexuales en cinco distritos de Mysore se había reducido a 11,1% en comparación con 25% en 2004. El uso del profiláctico con el último cliente entre los trabajadores sexuales entrevistados aumentó del 64,8% en 2004 al 93,8% en 2009.

Una encuesta nacional de seguimiento del VIH de 2010-11 reveló que la prevalencia de la infección entre los trabajadores sexuales de todo el estado de Karnataka era del 5,35%.

“Hemos proporcionado acceso a largo plazo a los servicios, reducido el estigma y creado un ambiente favorable, de manera  que no se debilite el mayor uso de los servicios de VIH que hemos observado”, dice Prathima Ramaya, una trabajadora sexual VIH positiva y gerenta de Ashodaya Samithi.

La organización ha tenido tanto éxito en la creación de capacidad para proporcionar servicios relacionados con el VIH y el sida, que ahora está preparando a grupos de trabajadores sexuales de otros países, como Nepal, Bangladesh, Myanmar y Mozambique.

“Fue un proceso de abajo hacia arriba”, explica la Dra. Reza-Paul, refiriéndose a la movilización temprana del grupo para enfrentar la epidemia del VIH. “Hemos pasado de ser ‘para’ la comunidad, a ser ‘por’ la comunidad”.

Ratificación de los derechos

En India, donde 2,4 millones de personas viven con VIH, la prevalencia nacional de los adultos es del 0,31%. Entre los grupos de alto riesgo, los datos de 2010 muestran que la prevalencia nacional es de 2,61% para las trabajadoras sexuales; 5,01% para los hombres que tienen sexo con hombres; 5,91% para los usuarios de drogas intravenosas, y 18,0% para los transexuales. Al igual que en el estado de Karnataka, algunas regiones informan prevalencias más elevadas.

Al mantener a las principales poblaciones de mayor riesgo en el centro del diseño y el liderazgo de los programas de VIH y sida, el NACP de India ha logrado una cobertura del 80% de los servicios para estas poblaciones. La cuarta fase del programa, puesta en marcha a comienzos de este año, continuará ampliando las prestaciones y el compromiso de la comunidad con estos grupos para evitar nuevas infecciones.

Un nuevo estudio del Banco Mundial, The Global HIV Epidemics Among Sex Workers (La epidemia global del VIH entre trabajadores y trabajadoras del sexo), realizado en colaboración con la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), confirma que un enfoque específico puede frenar considerablemente el avance de la epidemia. Los modelos matemáticos desarrollados para el informe muestran que la expansión de la prevención integral del VIH entre trabajadores sexuales basada en el empoderamiento de la comunidad demuestra un impacto significativo sobre la enfermedad en este grupo de riesgo, así como en la población en general, a través de diferentes contextos y escenarios epidémicos.

“Hemos comprobado que las intervenciones dirigidas a los trabajadores sexuales son efectivas en función del costo y altamente rentables”, dice Robert Oelrichs, especialista superior en Salud del Banco Mundial y uno de los autores del documento. “Aquellas que ratifican derechos y empoderan a la comunidad tienen más éxito. Las decisiones sobre gastos en materia del sida deben reflejar esto”.

La experiencia de India confirma lo siguiente: una evaluación de impacto (i) del Banco de 2011 determinó una disminución significativa en la prevalencia del VIH entre las trabajadoras sexuales de cuatro estados meridionales de alta prevalencia, donde el número de intervenciones contra el VIH que se ajustan a ellas había aumentado notablemente de 5 a 310 entre 1995 y 2008.

“El Banco continuará apoyando  la cuarta fase del NACP de India, mediante la entrega de US$255 millones en financiamiento, labor analítica y el intercambio de prácticas óptimas de India en la prevención, atención, apoyo y tratamiento del VIH y el sida en todo el mundo”, manifiesta Sameh El-Saharty, especialista superior en Salud del Banco Mundial y jefe de equipo del proyecto.

 


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