El río Putumayo, ancho y rojo, que se abre paso a través de profundos bosques verdes es el hogar de muchas especies de la fauna y flora local.
Los indígenas del departamento del Putumayo conocen muchas de estas especies, ya sea en la orilla del río o en las montañas. Ellos consideran que su entorno natural es una parte esencial de su desarrollo, bienestar y cultura.
Pero dicen que las zonas naturales están siendo afectadas por el cambio climático. Las especies están desapareciendo y hay más inundaciones y sequías que ponen en peligro su supervivencia, y cambian sus condiciones de vida.
Pablo Jamioy, del pueblo Camëntsá, y empresario que vende artesanías, decidió junto con otras personas, que su comunidad necesitaba una manera de comunicarse con el Gobierno y otras instituciones.
Querían mostrar la riqueza natural de la región y lo que significaba para los indígenas, pero también los problemas que enfrentaban, y cómo los afectaban. Querían dar una respuesta alternativa a lo que se había hecho hasta el momento.
“Sin territorio, los pueblos indígenas no pueden existir”
Sin su territorio, los pueblos indígenas no pueden existir, explica Pablo. Querían proponer una gestión justa y adecuada del territorio, que tuviera en cuenta las formas de gestión tradicionales de las poblaciones nativas, garantizando que pudieran seguir sus costumbres y rituales, cazar, pescar, plantar cultivos y beber agua potable.
Se inscribieron en la Feria del Desarrollo, una competencia del Banco Mundial, que premiaba proyectos innovadores sobre la adaptación al cambio climático en aquel momento y ganaron una donación en 2009.
Desde entonces han elaborado cinco planes de gestión ambiental que abordan las necesidades sociales y económicas de cinco grupos indígenas de la región del Putumayo. Ahora, las comunidades cuentan con herramientas sólidas que pueden ayudarlas a adaptarse y tomar medidas frente a los cambios ambientales.