Durante un año, 150 jóvenes de distintas zonas de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense ensayaron componer, cantar, tocar diferentes instrumentos y a la vez, discutir, interpretar y aprender sobre el derecho a la expresión, a la identidad, a la igualdad de género, a la salud y al trabajo digno.
Lo hicieron gracias al trabajo de la Asociación Civil MINU, una de las ONG ganadoras del Concurso “Comunidades con Voz” del Banco Mundial. “El proyecto Ponele Música a tus Derechos fue un doble desafío porque era la primera vez que usábamos el arte como una herramienta de transformación y que lo hacíamos fuera de las escuelas”, cuenta Martín Galanternik, director de la organización.
La iniciativa abarcó a chicos entre 9 y 18 años y se llevó a cabo en cinco lugares: en el Hogar Sagrada Familia de Del Viso, en el comedor de la Villa 1-11-14 de Bajo Flores, en el Centro Barrio Libertad de Hurlingham, en el Club Renunciamiento de Dock Sud, Avellaneda, y en la Escuela N°20 de Villa Lugano.
“La idea fue tomar insumos de lo que los jóvenes escuchaban y a través de talleres participativos, poder ver que la música tiene mensajes y contenidos que pueden favorecer o no la reivindicación de derechos”, explica Galanternik. Hacia el final de los encuentros, los chicos escribían una canción y la grababan de manera digital.