En las primeras horas de 2013, muchos en la ciudad de México padecieron de molestias en los ojos y garganta seca. Las celebraciones y el tráfico de fin de año empeoraron notablemente la calidad del aire.
La Secretaría del Medio Ambiente de la ciudad activó la fase de “precontingencia ambiental” para algunas partes del área urbana. Recomendaron que niños y adultos mayores permanecieran en sus casas, y desaconsejó hacer actividades deportivas al aire libre. La alerta fue suspendida el día siguiente.
En muchos otros lugares de México, hay ciudades cosmopolitas y llenas de vida, pero eso significa también altos niveles de contaminación del aire. El 77% de los mexicanos vive en áreas urbanas. Las 70 ciudades más grandes generan más del 84% del PIB, pero también se estima que producen las tres cuartas partes de las emisiones que provocan el efecto invernadero.
Por eso, un estudio del Banco Mundial afirma que uno de los principales retos de México es que el desarrollo urbano tome en cuenta el medioambiente, y que sea eficiente, resistente al cambio climático e incluya a todos grupos sociales.
Promover ciudades compactas
México debería enfocarse por ejemplo en coordinar la planeación urbana y el uso del suelo, armonizando los esfuerzos entre las agencias gubernamentales que tratan del tema, y diseñando políticas y directivas exhaustivas para el desarrollo urbano.
Una nueva agencia podría integrar esas tareas y grupos de trabajo que están actualmente dispersos por diferentes secretarías y organizaciones, señala el documento del Banco Mundial.
Una de las funciones de la agencia podría ser la promoción de ciudades más compactas. Cuando las viviendas se construyen de manera que la ciudad se expande continuamente, se crea un patrón urbano irregular que hace difícil y caro proveer servicios y transporte adecuados.
El transporte público no puede llegar a todas esas nuevas zonas habitables que están lejos del centro, lo cual hace casi indispensable tener un carro propio.
Entre 1996 y 2006, casi se triplicó el número de vehículos en México. El gobierno está consciente de esta situación y ya ha lanzado un programa de transporte masivo que está empezando a cambiar el funcionamiento de las ciudades.
Mejor manejo de desechos sólidos
En general, el costo estimado de la degradación ambiental en 2008 era 6.3% del PIB. La generación de desechos sólidos incrementa cada año en México. Aunque 87% de los desechos sólidos son recolectados, solamente 64% van a parar en rellenos sanitarios o sitios controlados.
El país no cuenta con suficientes instalaciones para disponer de desechos sólidos o peligrosos, lo cual aumenta el riesgo de contaminación del aire, del agua y del suelo. México ya tiene una legislación ambiental y estrategias de protección, pero no siempre son implementadas por las municipalidades más pequeñas.
Esto podría deberse a falta de capacidad de manejo técnico o problemas con el financiamiento de las actividades. Una estrategia de manejo de desechos integrada en todos niveles del gobierno podría contribuir a hacer frente a estos temas, según el análisis del Banco Mundial.
Usar la energía de manera más eficiente
México es el segundo productor de electricidad en América Latina. En consecuencia, el sector es muy importante para reducir la “huella ambiental” del crecimiento de México: hay muchas oportunidades para usar la energía de manera más eficiente.
Más estándares de eficiencia energética en edificios, transporte o pequeñas empresas, por ejemplo, podrían contribuir a este objetivo.
México ya obtuvo un récord Guinness gracias al número de focos eficientes que distribuyó el gobierno entre los ciudadanos, a cambio de los focos "normales" de alto consumo. También se mejoraron los estándares para el ahorro de energía en los electrodomésticos.
En general, México es considerado como un país líder en la mitigación y adaptación al cambio climático en la región. Continuando sus esfuerzos, podría alcanzar el objetivo que establece la ley ambiental – reducir a la mitad sus emisiones hacia 2050.
El Banco Mundial está dispuesto a respaldar al Gobierno de México para hacer frente a estos desafíos con una amplia serie de servicios, incluidos conocimientos, capacidad de convocatoria y servicios financieros, todos adaptados a las necesidades y al contexto del país.
