Si está consultando mapas basados en la web como los de Google para hacer el seguimiento de sus viajes por todo el mundo, o si ha participado en un proyecto de colaboración masiva para informar sobre un soborno, entonces ya está familiarizado con la función de cargar fotos y otra información específica de la localización. Lo que probablemente no sabe es que esta herramienta también se puede usar para el seguimiento de proyectos gubernamentales en lugares remotos.
Los funcionarios del Departamento de Agricultura (DA) y de gobiernos locales de Filipinas tampoco lo sabían. “Esto también pasará”, fue el comentario general y el estado de ánimo de la mayoría de los empleados, recuerda el ingeniero Arnel De Mesa, cuando por primera vez planteó la idea de usar el geoetiquetado en 2010 para supervisar un proyecto que contaba con asistencia del Banco Mundial.
De Mesa es subdirector del Segundo Programa de Desarrollo Rural de Mindanao (MRDP2) que implementó el DA. Mediante la participación de los gobiernos locales y las comunidades rurales, el proyecto ha podido aumentar el ingreso familiar promedio de los beneficiarios en un 16% entre 2007 y 2011.
Hoy en día, su equipo capacita a otros funcionarios dentro y fuera del DA sobre el empleo del geoetiquetado en la gestión de proyectos. Este innovador uso de esta técnica es el primer esfuerzo de este tipo entre los organismos gubernamentales de Filipinas, y uno de los pioneros en la región.
De Mesa y su equipo habían estado experimentando con una variedad de sistemas complejos que les permitieran supervisar, validar y evaluar eficazmente, entre otras, las fases de identificación, adquisición, implementación y evaluación de unos 500 subproyectos de infraestructura rural. Finalmente encontraron la respuesta en la técnica del geoetiquetado, con la que luego, según dice, se entusiasmaron los funcionarios gubernamentales asignados al programa.