ARTÍCULO

Etiopía registra progresos considerables en salud

Febrero 28, 2013



TITULARES
  • En Etiopía, mortalidad infantil se ha reducido en casi un tercio en siete años.
  • Más de 35.000 trabajadores sanitarios están prestando servicios en zonas rurales.
  • Etiopía redobla esfuerzos para alcanzar objetivos clave de salud para 2015.

Addis Abeba, 28 de febrero de 2013— El camino a Dongore Difurda, una localidad (kebele) en la vasta región de Oromía, se extiende desde Addis Abeba hacia el este. En dirección a Djibouti y la costa, esta ruta está congestionada. Después de unos 125 kilómetros, los vehículos tienen que desviarse por un camino de tierra sin señales, y avanzar entre carros tirados por burros y camellos que pastan, para llegar a la aldea principal situada al pie de una colina.

En medio de chozas de barro con techos cónicos de paja característicos, la joven Etagegn Gebre examina a una fila de pacientes que esperan para verla frente al pequeño edificio de un piso que alberga el puesto sanitario local. Entre ellos hay una mujer con un embarazo muy avanzado y un niño pequeño aferrado a su vestido, un agricultor con una mano lesionada, y un hombre que podría tener paludismo.

Etagegn hace pasar a la mujer embarazada a una habitación que tiene una limpia cortina de color rosado. Allí realiza rápidamente un examen prenatal, palpando el abdomen y tomando medidas y notas. Luego despide a la mujer con vitaminas y palabras de aliento. Vuelve a salir y desinfecta la herida  y venda al agricultor lesionado, y administra una prueba de diagnóstico rápido al posible enfermo de paludismo.

“Me gusta lo que hago porque puedo resolver los problemas de salud de mi comunidad y eso es muy importante”, dice Etagegn. “Lo que más me gusta es la posibilidad de salvar vidas en lugar de trabajar solo para obtener dinero. Esa es la satisfacción que me da mi trabajo”.

Más de 35.000 trabajadores de la salud prestan ahora servicios en zonas rurales

Etagegn es una de los más de 35.000 trabajadores sanitarios capacitados que Etiopía ha desplegado en los últimos años para llevar atención a las zonas rurales. Se asignan a cada kebele dos mujeres como ella, que han obtenido sus diplomas de duodécimo grado y tienen un año de formación. El equipo se complementa con voluntarios de sexo masculino que remiten a las personas con problemas a las trabajadoras que cuentan con capacitación.

En el exterior del puesto de Etagegn, los niños juegan con gran entusiasmo, sus cantos y aplausos hacen eco contra las paredes mientras sus pies levantan grandes nubes de polvo bajo la calurosa tarde. Derartu, una pequeñita, mira tímidamente desde lejos cómo corren los niños más grandes.

“Atendemos no menos de 10 a 30 menores cada día; vienen con todo tipo de enfermedades como paludismo, desnutrición, diarrea, y otras”, explica Etagegn mientras apoya su mano en la cabeza de Derartu. “Si podemos tratarlos aquí, lo hacemos. De lo contrario, los derivamos a otros centros”.

En vías de lograr muchas metas clave de salud

La red de trabajadores sanitarios de Etiopía ofrece una gran ventaja en momentos en que el país se esfuerza por alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) en materia de salud. El país ya está en camino de lograr algunas de estas metas para 2015, entre ellas reducir la mortalidad infantil, el VIH/sida y el paludismo.

Por ejemplo, la proporción de decesos de niños menores de 5 años en Etiopía ha disminuido de 123 por cada 1.000 nacidos vivos a 88 entre 2005 y 2011. Aunque el nivel actual de mortalidad infantil sigue siendo alto, el ritmo de avance en el país ha sido alentadoramente rápido.

“Etiopía ha realizado un esfuerzo importante para mejorar la prestación de servicios de salud a nivel local”, dice el ministro de Finanzas y Desarrollo Económico, Ahmed Shide. “Todavía quedan importantes desafíos. Ninguna madre debería morir al dar a luz, y todos los niños deberían tener derecho a vivir su vida plenamente”.

Se intensifican esfuerzos dirigidos a madres y embarazadas

Además de proporcionar información sobre nutrición y prácticas de alimentación a grupos de mujeres del pueblo, Etagegn debe visitar a las embarazadas en su hogar. Lleva consigo un gran botiquín mientras camina por un sendero bajo la sombra para llegar a la casa de Dase, una madre de 25 años que tiene dos hijos.

Incómoda en sus últimas semanas de embarazo, Dase está feliz de verla, y las dos mujeres sostienen una larga conversación en el interior de la casa de dos habitaciones, hecha de tierra y madera. Uno de los hijos, una niña de 2 años, permanece al lado de su madre durante toda la visita.

“Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, acudía a Walanchite para recibir servicios de salud”, recuerda Dase. “Solía ​​caminar grandes distancias y me vi obligada a dar a luz en casa. Cuando volví a quedar embarazada, tenía que ir hasta Adama, y eso era muy difícil así que tuve que dar a luz en casa”.

Los partos en el hogar siguen siendo muy comunes en Etiopía, lo que contribuye a que todavía existan altas tasas de mortalidad materna y neonatal. Sin embargo, con el compromiso de este país de alcanzar los ODM, se espera que la situación siga cambiando para bien de los niños y las mujeres.

Asociación con donantes para reforzar servicios que salvan vidas

“Todavía tenemos muchas deficiencias. Con el apoyo de nuestros asociados en el desarrollo y los donantes, el Gobierno seguirá haciendo un esfuerzo importante para que Etiopía logre todos los objetivos de desarrollo del milenio, en particular los relacionados con la prestación de servicios de salud”, dice el ministro Shide.

Muchos asociados están respaldando a Etiopía para fortalecer aún más su sistema de salud e incrementar los servicios que salvan vidas, con un renovado enfoque en los resultados. En conjunto contribuyen con aproximadamente US$4.500 millones para el actual programa de desarrollo del sector, lo que se suma al aporte de cerca de US$1.500 millones del Gobierno.

El préstamo sin intereses a Etiopía, que fue aprobado en febrero de 2013 por el Directorio del Banco Mundial en el marco del nuevo Programa por Resultados (PporR) relacionados con los ODM en el sector de la salud, vincula el desembolso de US$100 millones con el logro de determinados resultados en los próximos cuatro años.

“Estos resultados incluyen el aumento del número de mujeres que se benefician de exámenes prenatales, la proporción de partos atendidos por personal especializado, y muchos otros objetivos bien definidos”, dice Ramana Gandham, especialista principal en Salud del Banco Mundial y jefe de equipo del proyecto. “Estoy seguro de que Etiopía tiene las estructuras necesarias para lograr estos resultados y este primer PporR en el ámbito de la salud en África ayudará a cambiar el enfoque desde los insumos y transacciones hacia resultados tangibles y sistemas fiables para medir esos resultados”.

“La vinculación del dinero a resultados específicos dará al Gobierno motivaciones y ventajas para poder superar obstáculos, abordar problemas, y realmente tratar de encontrar algunas soluciones sostenibles”, agrega Angela Spilsbury, asesora principal de Salud del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DfID, por sus siglas en inglés) en Addis Abeba, y copresidenta del Health Development Partners Group.

El financiamiento otorgado por el Banco Mundial se complementará con una donación de US$20 millones del Fondo Fiduciario para la Innovación en Resultados de Salud, que es respaldado por el Reino Unido y Noruega. Esta iniciativa apoya el uso del financiamiento basado en resultados para la mejora de la cobertura de servicios esenciales de salud materna e infantil.

“Es una oportunidad única para ver cómo podemos usar el dinero  más eficazmente para obtener resultados en el terreno”, dice Spilsbury. “Tenemos la esperanza de que las lecciones aprendidas gracias a este programa puedan ayudar a dar forma a la manera en que prestamos ayuda en todo el mundo, no solo en Etiopía”.

En Dongore Difurda, Dase está contenta con el puesto de salud que se abrió cerca de su casa, y que le evitará los largos viajes del pasado.

“Desde ahora prefiero ir al puesto de salud para dar a luz”, dice Dase. “No quiero lamentarlo más tarde”.


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