Las dos mujeres caminan de prisa para sumarse al grupo de microproductores y técnicos rurales que hablan sobre los trabajos en la zona de Coronel Oviedo, departamento de Caaguazú, a unos 150 kilómetros de Asunción.
Han recorrido varios kilómetros en una vetusta motocicleta para llegar a la reunión en la que serán las únicas mujeres. Traen en sus manos callosas sus termos y guampas para el tereré y así paliar el clima, que en verano orilla los 40 grados de temperatura.
Flora Cañete de Sanabria y Edita de Jesús Franco de Sanabria, cada una con cinco hijos, son las únicas mujeres de 28 integrantes que tiene el comité de pequeños productores rurales de Oñondivepa, de la compañía Yurugua de la zona.
Varios comités como este trabajan con el Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible (Proders), impulsado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), con apoyo técnico y financiero del Banco Mundial, por un monto de US$37,5 millones.
Renato Nardello, gerente del proyecto para el Banco Mundial, cuenta que “hay una participación importante de las mujeres en las actividades de los grupos de productores, ya sea a través de la participación en las juntas de los comités vecinales o en la constitución de grupos. Las mujeres también valoran mucho el aporte del proyecto para mejorar sus viviendas.”
Las familias de Flora y Edita integran una de las 61 microcuencas de comunidades campesinas que son parte del programa que se desarrolla con éxito desde el 2009 y que ya ha beneficiado a 7.300 familias. El objetivo final es apoyar a más de 9.000 familias y 45 comunidades indígenas.