Las mujeres han demostrado ser el mejor socio de la región en su camino hacia el crecimiento económico para todos. Millones de familias han salido de la pobreza gracias a las mujeres de la región. Con más de 70 millones de ellas uniéndose a la fuerza laboral en los últimos 20 años, su ingreso por sí solo redujo le pobreza extrema en un 30%. Y al mostrarse menos vulnerables que sus contrapartes masculinas durante la última crisis financiera, las mujeres tuvieron un papel crucial en la conformación del desarrollo de la región en la última década.
“Cómo se ve en el Informe de Desarrollo Mundial del 2012, la igualdad de género no es solo imprescindible desde un punto de vista ético, también es económicamente provechosa”, explica Elizaveta Perova, economista y coordinadorra regional de género del Banco Mundial en América Latina
De hecho se pueden observar ejemplos de esto en los trabajos del Banco en la región. Mediante un esfuerzo deliberado para garantizar que no se exacerben las desigualdades existentes, muchos proyectos han resultado en mejoras en la igualdad de género. Por ejemplo:
- La participación femenina en un proyecto de infraestructura rural en Perú derivó en un mayor número de pequeñas y medianas empresas en la zona, a medida que las mujeres hacían uso de sus nuevas habilidades para mejorar las oportunidades económicas.
- Liberadas de la carga diaria de ir a buscar agua, las mujeres del noreste de Brasil pudieron reinvertir su tiempo e incrementar el ingreso familiar.
- La oportunidad de establecer su propio negocio les permitió a las mujeres guatemaltecas desafiar estructuras patriarcales y jugar un papel importante en el desarrollo de sus localidades.
Desafiando los estereotipos
Con un número similar de chicas y chicos latinoamericanos finalizando la escuela primaria en 2011, el futuro para la próxima generación también luce prometedor. En Haití, por ejemplo, las jóvenes están rompen con los estereotipos de género y se labran un futuro independiente para ellas en profesiones no tradicionales. A través de capacitación técnica de alta calidad, más de mil mujeres jóvenes tuvieron la oportunidad de construirse una carrera, logrando un cambio de actitud hacia las mujeres en el mercado laboral.
Sin embargo, los empleos en la región distan mucho de la igualdad. Las mujeres, en su inmensa mayoría, encuentran empleo en el sector de los servicios, en el servicio doméstico y no en los campos de alta tecnología, construcción o trabajo calificado. Más aún, la persistente brecha en el ingreso, en especial en Chile, Brasil, México y Perú, significa que los profesionales hombres pueden llegar a ganar hasta un 25% más que sus colegas mujeres.
“La participación de mujeres en la fuerza laboral aumentó radicalmente pero la región exhibe una elevada brecha de género en el ingreso y las mujeres siguen contratadas en los empleos tradicionales como el sector servicios. Así que por un lado se ha avanzado, pero no lo suficiente como para observar las mismas oportunidades laborales”, apunta Perova.