CIUDAD DE WASHINGTON. Las mujeres son 15% menos propensas que los hombres a tener una cuenta bancaria, patrón que se repite en todos los grupos de ingresos al interior de un país y en todas las regiones, según un nuevo estudio publicado por el Banco Mundial.
En total y a nivel mundial, el 47% de las mujeres tiene una cuenta bancaria formal –ya sea individual o conjunta– en comparación con el 55% de los hombres. La brecha es mayor entre quienes viven con menos de US$2 al día y entre los habitantes de Asia meridional y Oriente Medio. En Afganistán, por ejemplo, solo el 3% de las mujeres tiene una cuenta formal, cifra que en los hombres alcanza el 15%.
La brecha de género es incluso mayor al interior de los grupos de ingresos y llega a entre 6 y 9 puntos porcentuales en el mundo en desarrollo. Esto no solo es el resultado de una función del ingreso, según el hallazgo del estudio realizado a partir de la Base de datos de inclusión financiera (i) (Global Findex) del Banco Mundial, que ha recopilado información a nivel individual sobre inclusión económica en 148 países.
El problema es más grave que simplemente abrir una cuenta bancaria. De hecho, las mujeres también están muy en desventaja respecto de los hombres cuando se trata de ahorrar y pedir dinero prestado a través de instituciones formales, incluso luego de realizar ajustes para neutralizar los efectos de las características personales como edad, educación, ingreso y residencia urbana o rural. En América Latina, por ejemplo, el 8% de las mujeres informa haber ahorrado de manera formal el año pasado, en comparación con el 12% de los hombres.
Se trata de una realidad que puede significar un perjuicio para las mujeres, quienes con frecuencia son el principal sostén de su familia. “Sin una cuenta, a las mujeres les cuesta más ahorrar formalmente y recibir subsidios gubernamentales o remesas de familiares que viven en el extranjero”, dice Asli Demirguc-Kunt, directora de investigación del Banco y coautora del estudio junto con Leora Klapper y Dorothe Singer. “La falta de una cuenta formal es también una traba para acceder a canales de crédito formales y puede entorpecer sus expectativas empresariales o educacionales”.