20 de abril de 2013. Después de una década de crecimiento económico sostenido y reducción de la pobreza en los países en desarrollo, el Grupo del Banco Mundial tiene una “oportunidad histórica” para ayudar a poner fin a la extrema pobreza en el curso de una generación, dijo el Comité para el Desarrollo (CD) en el cierre de las Reuniones de Primavera 2013 del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los ministros respaldaron el objetivo propuesto por el presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, de bajar el porcentaje de personas que subsisten con menos de US$1,25 al día al 3% o menos de la población mundial para 2030, dijo el presidente del CD, Marek Belka.
“Hemos fijado un plazo para terminar con la pobreza extrema. Si contamos con el compromiso, cooperación y visión de los líderes de todo el mundo, estamos muy confiados en que podemos lograrlo”, dijo el Dr. Kim.
El objetivo incluye promover el crecimiento de los ingresos y la “prosperidad compartida” para el 40% de la población más pobre de cada país, lo que implicará la reducción de la desigualdad, el fomento de la igualdad de género y la creación de oportunidades para todos los ciudadanos.
“Los ministros respaldaron inequívocamente la visión del Dr. Kim y declararon que podemos contar con el Grupo del Banco Mundial como colaborador en la tarea de poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida”, agregó Belka.
Con un periodo de solo 17 años para el logro de estas metas, “la labor será ardua”, señaló el Dr. Kim.
También será necesario que las naciones en desarrollo sigan creciendo rápidamente, y que algunos de los países más pobres del mundo disminuyan la pobreza a un ritmo mucho más acelerado que el registrado hasta la fecha.
El Grupo del Banco deberá poner “especial atención” a esos países y a las regiones del mundo más frágiles y afectadas por conflictos.
En su comunicado, el Comité para el Desarrollo instó a los países a respaldar a la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco para los más pobres , especialmente en cuanto a la asistencia a los Estados frágiles. Los ministros también pidieron al Banco que intensificara el apoyo a los objetivos de desarrollo del milenio que promueven el desarrollo humano, como la atención de salud y la educación, y que permiten que los países crezcan más diligentemente. “Abogamos por una sólida decimoséptima reposición de los recursos de la AIF (AIF-17), con la decidida participación de todos los miembros”, dijo el Comité.
“Invertir en las personas, sobre todo en salud y educación, es lo correcto, tanto desde un punto de vista moral como estratégico”, afirmó el Dr. Kim.
Para acelerar el avance en la reducción de la pobreza, el Banco obtuvo apoyo para su plan de desarrollo de una “ciencia de la entrega” destinada a impulsar la recopilación de datos, el desarrollo basado en la evidencia, y mejores servicios públicos en los países en desarrollo.
“Cada año recordaremos al mundo la urgencia de nuestra tarea a través de informes sobre los progresos realizados, país por país, con respecto a la tasa de pobreza extrema en todo el mundo, así como sobre los cambios en los ingresos del 40% más pobre de la población de cada país, es decir, las personas vulnerables a volver a caer en la pobreza si pierden el empleo o sufren una crisis de salud. Cada año sabremos en qué aspectos vamos avanzando y en cuáles no”, declaró Kim.
El Comité para el Desarrollo exhortó al Grupo del Banco a ayudar a los países del Sahel y el Cuerno de África a crear capacidad de adaptación a las crisis “profundizando sus compromisos en materia de infraestructura, creación de empleo, reintegración social, producción agrícola y seguridad alimentaria”.
Los ministros también abordaron la preocupación por el cambio climático, alentando al Banco a prestar apoyo a los países que quieren catalizar el crecimiento con un nivel bajo de emisiones de carbono y la resiliencia al cambio climático en las ciudades, intensificar los esfuerzos encaminados a una agricultura climáticamente inteligente, y eliminar gradualmente las subvenciones a los combustibles fósiles, “teniendo debidamente en cuenta la accesibilidad de la energía para los pobres”.