A menudo se describe a los bosques como los “pulmones de la Tierra”, pero la producción de oxígeno es solo una de las funciones que realizan en su compleja relación con la atmósfera y las personas. También ayudan a regular la calidad del aire, absorben y reciclan el agua de lluvia, evitan la erosión del suelo, y mantienen el clima mediante el almacenamiento de grandes cantidades de carbono.
A pesar de estas múltiples tareas, el valor de los bosques se mide solamente en las cuentas nacionales por la madera y el combustible que proporcionan. La contribución total de los bosques a otros sectores de la economía es invisible o subestimada.
Los Gobiernos de todo el mundo están empezando a reconocer que activos naturales –bosques, agua, suelo, minerales y fuentes de energía– aportan gran riqueza a sus economías, y se comprometen a llevar a cabo la contabilidad del capital natural como una manera de considerar los servicios de la naturaleza en la toma de decisiones económicas, en la que tradicionalmente no se habían tenido en cuenta para indicadores como el producto interno bruto (PIB). Los encargados de estadísticas de los Gobiernos también cuentan con una nueva herramienta de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas (i) que los ayuda a calcular el total de los activos naturales de sus países y cómo contribuyen a la riqueza general.
Aumentan países pioneros
Más de 35 ministros, viceministros y altos funcionarios gubernamentales de finanzas, desarrollo y medio ambiente se reunieron el 18 de abril para mantener un diálogo de alto nivel sobre la contabilidad del capital natural (i), paralelamente a las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Forman parte de un grupo mayor de más de 60 países, los “pioneros” de la contabilidad del capital natural, que comparten conocimientos técnicos y el establecimiento de instituciones que se necesitan para avanzar en esta materia.
“Los recursos naturales son la base sobre la cual se construye toda la riqueza”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, quien presidió la reunión. “Los países reconocen que no pueden tomar decisiones difíciles sobre el desarrollo o lograr el crecimiento ecológico e inclusivo sin los datos que muestren cómo el crecimiento económico depende de los bienes naturales. La contabilidad del capital natural proporciona la información que necesita cada gabinete para tomar estas decisiones”.
El uso de la contabilidad del capital natural está ganando impulso. Botswana (i), Colombia (i), Costa Rica (i), Dinamarca, Finlandia, Francia, Gabón, Namibia, Kenya, Filipinas (i) y Rwanda son solo algunos de los países que lideran la creciente comunidad mundial de interés (i) en este tema.
En muchas partes del mundo, la contabilidad del capital natural ya se utiliza como un instrumento fundamental en la toma de decisiones económicas acertadas:
· Kenya (i) desarrolló cuentas forestales para comprender la contribución de los bosques al PIB.
· Canadá, los Países Bajos y Noruega llevan las cuentas anuales de la energía con el fin de planificar el crecimiento económico al tiempo que reducen las emisiones de carbono.
· Botswana ha compilado las cuentas del agua para poder planificar la diversificación económica y el crecimiento del país. Estas cuentas muestran que el 45% del agua nacional se destina actualmente a la agricultura, la cual aporta solo el 2% del PIB.
· Australia compila las cuentas del agua para poder administrar con más eficacia este escaso recurso.
En Filipinas, el Gobierno se comprometió a hacer un balance de los activos minerales antes de continuar con las actividades empresariales habituales. “No emitiremos nuevos contratos mineros hasta que tengamos una cuenta completa de nuestras reservas de minerales”, dijo Ramon Paje, secretario del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Por su parte, Rwanda podrá en marcha la segunda fase de su Estrategia de desarrollo económico y lucha contra la pobreza, en la que está incluida la contabilidad del capital natural. En tanto, Namibia quería saber la contribución de los recursos naturales a su economía y ha comenzado a trabajar en las cuentas de la vida silvestre y la pesca.