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ARTÍCULO

Terminar con la pobreza depende del progreso en situaciones frágiles y posteriores a un conflicto

Abril 30, 2013



TITULARES
  • Acabar con la pobreza extrema significará abordar problemas de países frágiles y afectados por conflictos, donde el desarrollo humano está rezagado con respecto al resto del mundo.
  • Más de 1.500 millones de personas viven en lugares donde existe conflicto y violencia
  • El Centro Mundial de Conflicto, Seguridad y Desarrollo del Banco Mundial, creado hace un año, aporta experiencia y soluciones basadas en la investigación para entornos difíciles y a menudo peligrosos.

Abril 30, 2013. ¿Qué se necesita para acabar con la pobreza extrema para 2030? Parte de la respuesta gira en torno a las situaciones frágiles y afectadas por conflictos. Se las denomina “situaciones”, porque a veces países, que por lo demás son estables, tienen regiones o provincias frágiles. Más de 1.500 millones de personas viven en lugares donde existe conflicto y violencia extrema, en los cuales los Gobiernos no pueden funcionar plenamente, y el avance en el logro de resultados básicos de desarrollo humano está estancado. La tasa de pobreza es normalmente alta y el crecimiento económico es bajo. Están gravemente rezagados con respecto al resto del mundo que avanza hacia los objetivos de desarrollo del milenio , y corren peligro de quedar más retrasados aún mientras otros países en desarrollo crecen y se integran mejor en la economía mundial.

Pero estos países y regiones no deben “considerarse como casos perdidos”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial.

“Sabemos que no hay una solución rápida”, agregó el Dr. Kim en el blog titulado Cinco pasos para ayudar a los países frágiles. (i) “La tarea consiste en comprender las causas de los conflictos, ocuparse rápidamente y con flexibilidad de las iniciativas prioritarias, obtener resultados a corto plazo, crear empleos y ayudar a coordinar a todos los actores en el desarrollo. Los Estados frágiles pueden ser sacados de esa situación. [...] Tenemos mucho trabajo por delante”.

En las recientes Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Comité para el Desarrollo -que representa a 188 países miembros- respaldó el objetivo de poner fin a la pobreza extrema antes de fines de 2030 e instó a una sólida reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco para los más pobres, especialmente en apoyo de los Estados frágiles del mundo , donde los desafíos son mayores.

El Dr. Kim se unirá esta semana a los expertos que se centran en los problemas que enfrentan dichos países, en el Foro sobre Fragilidad del Banco Mundial en la ciudad de Washington, donde participará en la sesión de apertura “Detener los conflictos, reducir la fragilidad, poner fin a la pobreza”, el 1 de mayo. 

 “Cómo lograr que las cosas se hagan”

El Informe sobre el desarrollo mundial 2011: Conflicto, seguridad y desarrollo (i) señala que la creación de instituciones puede requerir 20 o 30 años, es decir toda una generación. Insta a centrar la ayuda en la seguridad ciudadana, la justicia, el empleo y el establecimiento de instituciones legítimas que puedan evitar la violencia reiterada.

En respuesta a esto, la AIF ha declarado como una prioridad abordar los conflictos y la fragilidad. Además, el Grupo del Banco estableció en 2011 el Centro de Conflicto, Seguridad y Desarrollo (i), que cuenta con personal en la ciudad de Washington y en Nairobi (Kenya), para acercar a un grupo de especialistas en desarrollo a muchas de las situaciones frágiles y afectadas por conflictos en el mundo. El organismo, dirigido por Joel Hellman, ha enviado expertos a medida que se necesiten y ha trabajado con 23 equipos del Grupo del Banco Mundial que están en los Estados frágiles.

“El tema es realmente cómo lograr que las cosas se hagan”, dice Caroline Anstey, directora gerente del Banco Mundial. “Cómo se aborda un proyecto educativo, un proyecto de caminos, un proyecto de salud, y se crean sistemas para ayudar a que esos beneficios lleguen a las personas que los necesitan, y hacerlo en un país donde los sistemas comunes de los cuales dependemos a menudo no funcionan; es por eso que son frágiles”.


" Tuvimos que actuar con rapidez cuando aparecieron nuevas oportunidades para participar "

Bella Bird

Directora del Banco Mundial en Somalia

Reanudación de relaciones con Malí y Somalia

Después del golpe de Estado de marzo de 2012 en Malí, el Centro de Conflicto, Seguridad y Desarrollo reunió al personal que trabaja en los países del Sahel (Malí, Mauritania, Chad, Níger y Senegal) para hablar de los factores regionales que originan los conflictos en Malí y en toda la región, y cómo “trabajar de manera diferente” para aumentar la eficacia en términos de desarrollo. Ousmane Diagana, director a cargo de las operaciones del Banco en Malí, dice que la institución prevé llevar asistencia de mayor alcance y eficacia al reanudar las relaciones con ese país.

“Después de la liberación de casi todas las grandes ciudades de Malí septentrional, contemplamos la posibilidad de ampliar la cobertura geográfica de nuestro programa, para que sea más sensible a las necesidades locales y para incrementar y acelerar la ayuda”, explica Diagana. “Esto requiere el uso de instrumentos innovadores para respaldar la elaboración de modelos del Gobierno, restablecer las relaciones y el funcionamiento de los servicios públicos en todo el país, con atención especial puesta en el norte”.

El Banco también está volviendo a Somalia después de haberse retirado en medio de la incertidumbre política.

“Tuvimos que actuar con rapidez cuando aparecieron nuevas oportunidades para participar”, señala Bella Bird, directora a cargo de las operaciones del Banco en Somalia. “Una de las cosas más urgentes en Somalia es crear un marco de gestión de las finanzas públicas y permitir que el Gobierno somalí acceda a otros fondos de donantes mientras logra poco a poco el control de sus propias fuentes de ingresos”.

Aceleración del progreso

El objetivo en todas las zonas frágiles es aprovechar y acelerar el progreso. De 2000 a 2012, el financiamiento de la AIF ayudó a 550.000 ex combatientes a reintegrarse en la sociedad. Muchos encontraron trabajo a través de proyectos que financiaron 17 millones de días-persona de empleo para restaurar o proveer nuevo acceso a agua, caminos y otras obras de infraestructura. Además, se construyeron unos 2 millones de aulas con fondos de la Asociación.

En Burundi, un programa pionero de pago por desempeño en los centros de salud, (i) respaldado por la AIF, proporciona atención médica gratuita a madres y niños pequeños. Cambios recientes incentivaron a las clínicas de salud para que asistieran a comunidades desatendidas. Como resultado, los partos asistidos por profesionales calificados en clínicas de salud aumentaron un 25% y el número de niños que recibieron todas las vacunas subió un 10,2%.

En Burundi, Myanmar y Nepal, el Grupo del Banco Mundial planea impulsar el empleo y el desarrollo del sector privado reuniendo todos los servicios de tres organismos: la AIF, la Corporación Financiera Internacional (IFC), la institución que se dedica al sector privado, y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), la entidad que se ocupa de otorgar seguros contra riesgos políticos a los inversores.

En Myanmar está agregando 120 megavatios de electricidad —suficiente energía para 5 millones más de personas— con el fin de desarrollar aún más el sector, transformar la vida y la economía de un país donde en la actualidad solo 1 de cada 4 habitantes tiene acceso a luz eléctrica. IFC está considerando inversiones que aumentarían la capacidad de energía eléctrica adicional a 300 megavatios.

Axel van Trotsenburg, vicepresidente para la región de Asia oriental y el Pacífico del Banco, dijo recientemente en un blog (i) que dramáticos cambios políticos y económicos se están extendiendo por Myanmar. “Hay un sentimiento de esperanza y crecen las expectativas de que las vidas de las personas pronto van a mejorar”.

Estados frágiles se expresan a través del g7+ 

Los países frágiles de todo el mundo están opinando sobre cómo puede usarse la ayuda con mayor eficacia para acelerar el progreso en otros lugares. Para ello, usan como plataforma el nuevo grupo denominado g7+, (i) que se formó en 2011 para desarrollar el Nuevo acuerdo (i) con el objetivo de mejorar el impacto de la ayuda en las naciones que atraviesan por situaciones de fragilidad.

“Los países del g7+ se están reuniendo y hablan de sus propias experiencias, qué aprendieron, y cómo pueden aprender unos de otros acerca de la oportunidad de salir de la fragilidad”, dice Kyle Peters, vicepresidente de Políticas de Operaciones y Servicios a los Países del Banco. “Apoyamos plenamente este esfuerzo, porque es fundamental que aprendan unos de otros y conciban soluciones a partir de su propia experiencia”.


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