Para algunos uruguayos, la clase media es tener casa propia en la ciudad donde se vive, e incluso disfrutar de una casa en la playa. Para otros es tener un auto no muy lujoso y darse un viajecito en algún momento. Lo que sí es común es que ser clase media abre nuevas oportunidades de bienestar a una población que hace 10 años recibió uno de los golpes económicos más fuertes de su historia reciente.
La crisis del 2001/2002 obligó a muchos uruguayos a emigrar, principalmente a Estados Unidos y a Europa. Diez años después la tendencia se revierte ante la destacada mejora de los indicadores en los últimos años y una mejor distribución del ingreso así como de las oportunidades laborales.
Un análisis de la evolución de la pobreza y la desigualdad en Uruguay, realizado por el Banco Mundial, revela que 2004 marcó el punto de inflexión en el progreso del país y que desde entonces ha tenido un excelente desempeño en la reducción de la pobreza moderada, en la casi erradicación de la pobreza extrema y en el mejoramiento de la distribución de los ingresos.
Según se destaca en el informe “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”, el primer análisis de este tipo realizado a nivel regional, Uruguay ha sido uno de los países con la incidencia más baja de pobreza y desigualdad en la región. Esto se vio seriamente sacudido hace una década, pero a partir de 2004 ha tenido un desempeño tan positivo que de hecho las turbulencias de 2008/2009 le afectaron en menor medida en relación a sus vecinos latinoamericanos.
“La rápida disminución de la pobreza observada entre 2006 y 2011 se explica por el crecimiento pro-pobre experimentado durante esos años. Tanto en áreas urbanas como en las rurales el ingreso de la mitad inferior de la distribución creció a un ritmo superior al experimentado por el promedio de la población”, resalta el informe.
Incluso, otro aspecto que diferencia al país del resto de la región es que la pobreza moderada en las zonas rurales es menor a la que existe en las urbanas.
Reducción de la desigualdad
Junto al retroceso de la pobreza, se destaca también la reducción en la brecha de la desigualdad: por primera vez en Uruguay, la diferencia entre los que más y menos tienen cayó por debajo de 0.4 del coeficiente Gini, ubicándose en 2012 en 0.38 uno de los más bajos de la región.