Hace 20 años, Cali era uno de los frentes de guerra más peligrosos del mundo. Un grupo de narcotraficantes de esta ciudad se enfrentaba a muerte con sus enemigos de Medellín, comandados por Pablo Escobar.
Como lo recogió hace poco la telenovela "El patrón del mal", los atentados contra civiles desarmados, los asesinatos a manos de sicarios y los combates entre bandas armadas eran cosa de todos los días.
Esta semana Cali acoge alrededor de 450 invitados de todo el continente, que debaten sobre cómo hacer frente a los problemas de crimen y violencia que asolaron esta ciudad y que ahora afectan a toda la región, desde los suburbios de Chicago, hasta las carreteras de Centroamérica y las fronteras de Paraguay.
Frente a las montañas verdes de Cali, cientos de personas se congregan en el Hotel Intercontinental el miércoles. Militares, generales y coroneles en sus uniformes verdes con la bandera colombiana entran en la sala, mientras alcaldes de ciudades en toda Latinoamérica se saludan amigablemente.
La idea del evento, organizado por la alcaldía de Cali, la Alta Consejería Presidencial para la Convivencia y Seguridad Ciudadana y el Banco Mundial, es aprender de las experiencias positivas de ciudades como Cali o Medellín, además de otros lugares de la región que han puesto en marcha distintas iniciativas para mejorar la seguridad ciudadana.
Aquí se encuentran ONGs de ciudades pequeñas que impulsan programas de música o deportes, representantes de organismos internacionales preocupados por los efectos negativos de la criminalidad en el desarrollo, y gobiernos locales o nacionales concientes de la gravedad del problema.
Trabajar con los jóvenes
Una participante, Lucila Gutierrez Carrión, del SENA Valle, una institución que trabaja en la formación juvenil en Colombia, cree que es mucho lo que pueden aportar a las soluciones integrales para la prevención del delito y la violencia. “Sabemos que si trabajamos con los jóvenes integralmente es mucho lo que podemos aportarles".
“Hay desafíos porque la violencia y el delito, y partamos de esta premisa, son evitables. Se pueden prevenir. Y ese es nuestro reto mayor. Nuestra obligación como miembros de una sociedad es hacer lo que esté a nuestro alcance en forma razonable para lograr este objetivo", dijo Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia.